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Maite SOROA

Sobre la masacre

La masacre protagonizada por el ejército israelita en Gaza llegaba ayer a la práctica totalidad de los editoriales. Y cada cual tomaba posición. En «La Razón», por ejemplo, tenían claro que «los únicos culpables de la ofensiva israelí son los dirigentes de Hamas, al haberse negado a prorrogar la tregua que ambas partes mantenían desde hacía seis meses. Pero Hamas ni escucha ni piensa en el bienestar de los palestinos inocentes». ¿Han visto fotos de niños destrozados? ¿Los únicos culpables?

Según Hermann Tertsch, especialista de «Abc» la cosa es más sencilla. Simplemente «Israel ha tenido que responder» al lanzamiento de cohetes de pirotecnia con misiles de alta tecnología. Y explica las víctimas civiles «porque muchos de los arsenales están en sótanos de casas de miembros y líderes de Hamás. Porque todo el terrorismo islamista se arropa en civiles, cuyas muertes para ellos son una bandera. Pero quien vea el mapa de las operaciones realizadas sabe que el esfuerzo de las fuerzas israelíes por evitar víctimas civiles palestinas es tan denodado como el habitual de los terroristas de Hamás por matar al mayor número de civiles israelíes. Sólo la ignorancia, la mala fe y la militancia antiisraelí de los medios de comunicación -en nuestro país ya grotescos- pueden inducir a hablar, como se ha hecho, de `ataques masivos'». No sigo.

En «El Mundo» no las tenían todas consigo y advertían que la iniciativa de Israel es «una respuesta contraproducente» porque «si Israel continúa ahora su ofensiva, no sólo lanzará a más jóvenes a las redes de Hamas, sino que proporcionará a sus enemigos en el mundo árabe un poderoso argumento en su contra que no está siendo cuestionado ni siquiera por sus aliados. La posibilidad de que Hezbolá y, de su mano, Irán y Siria entren en el conflicto es demasiado amenazante como para seguir alimentando este fuego».

Al final, «El País» ofrecía soluciones: «sólo las partes pueden llegar a un acuerdo de paz pasablemente justo. Israel, por ejemplo, puede responder con algo más que un comentario de pasada, y encima como de quien no sabía nada del asunto, a la oferta del mundo árabe formulada en la cumbre de Beirut de 2002 y reiterada recientemente, por la que todos los miembros de la Liga Árabe reconocerían sin limitaciones a Israel a cambio de la retirada de todos los territorios conquistados en aquella guerra que duró seis días. Y el mundo árabe debe garantizar la viabilidad de la oferta». Y eso, ¿no valdrá también aquí?

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