Los sprints se disputan habitualmente bajo la línea de meta, pero a la Liga le quedan muchos kilómetros antes de que alguien pueda levantar los brazos. Y no precisamente de llano.

En el caso del Athletic, a la volatta previa al parón navideño -en la que 13 puntos sobre 18 le permitieron ascender a una 12ª plaza impensable pocas semanas antes- no le siguen la botella de champán y el beso de las azafatas, sino un puerto de categoría especial. No será un Alpe d'Huez como el de octubre, en el que Sevilla, Real Madrid, Barcelona y Villarreal ejercieron de rampas asfixiantes, sino un larguísimo Galibier, en el que el cuentakilómetros parece no tener límite. Enero no llega con rivales de especial entidad -que también, en algunos casos-, pero sí con un calendario agotador. Y mejor, curiosamente, si es así porque querrá decir que los rojiblancos han alcanzado los cuartos de final de Copa.

Si el Athletic supera a Osasuna en la competición del k.o., disputará un total de ocho partidos en apenas 28 días, a encuentro cada tres días, con cuatro enfrentamientos por competición. Todo un reto, que encierra tantos alicientes como riesgos. Si el equipo bilbaino corona el puerto con un buen crono, habrá dado un gran paso en la clasificación general y en la del maillot a puntos. Pero si no dosifica esfuerzos, le faltará oxígeno y sus objetivos se alejarán o, en el caso de la Copa, desaparecerán directamente.

Algo que, lamentablemente, ya pudo comprobar la pasada temporada, cuando enero ofreció un calendario igualmente kilométrico. El Athletic acabó fuera de la Copa y el doble esfuerzo le supuso, además, un bajón en su rendimiento liguero, que se tradujo en unos meses más con la soga al cuello.

Los rojiblancos, sin embargo, son conscientes de que no pueden renunciar a la competición del k.o., por muy cara que sea la factura. En las actuales circunstancias, la Copa parece el camino más corto a competiciones europeas y, lamentablemente, el único que permite, cuando menos, soñar con volver a levantar algún trofeo. Así que los jugadores tendrán que redoblar esfuerzos y Joaquín Caparrós tirar de ese fondo de armario en el que tantos rojiblancos aguardan su oportunidad, para intentar llegar a la cima en cabeza.

Iraola, con el grupo

La primera rampa llega el domingo, con un partido en el que podría participar Andoni Iraola. El estado de los lesionados suponía la gran incógnita en el regreso del equipo al trabajo y en el caso del usurbildarra se resolvió de forma positiva, ya que trabajó junto a sus compañeros con aparente normalidad. También lo hizo Carlos Gurpegi, apenas dos semanas después de fracturarse la nariz.

Ander Murillo y David López -que, además, debe cumplir un encuentro de sanción- por el contrario, entrenaron por su cuenta, con lo que puede considerárseles descartados.