A priori, se mire por donde se mire, no resulta profesional. Que el manager general de una franquicia histórica en la NBA como Houston Rockets, Daryl Morey, admita jugar a videojuegos para simular diferentes situaciones y evaluar así posibles comportamientos de jugadores desconocidos, parece una inconsciencia.

Sin embargo, más allá de la excentricidad, bien es cierto que cada vez son más las similitudes entre los mundos virtuales desarrollados en los videojuegos deportivos y la realidad. Es algo público: los pilotos de Fórmula 1 utilizan consolas de juego fuera de temporada para refrescar los circuitos y hacerse a los nuevos trazados debido a la gran fiabilidad de éstos.

Obviamente, los circuitos no son personas y el baloncesto es muy complicado, pero la panacea está muy lejos de ser total y la barbaridad, no lo es tanto. En el caso de la NBA, la intención de las compañías que desarrollan los videojuegos sobre la liga de baloncesto es la de realizar un simulador ceñido a la realidad lo máximo posible. La dura competencia y el acceso a internet de gran parte de los jugadores ha provocado que los juegos oferten actualizaciones de plantillas, estadísticas, características personales y libros de jugadas cada semana.

Planificar todo lo posible

Esto es, si alguien escoge a los Lakers el día después del duelo entre Boston y Los Angeles, verá como el ala pívot Pau Gasol es algo mejor jugador que el día anterior. E incluso podrá intuir que el estado de ánimo virtual de los Celtics es más bajo que el de hace unos días.

Morey admite que lo de la simulación deportiva es más una herramienta que ayuda a ver los roles de jugadores de los que apenas se conoce estadísticas. Ponerlos a prueba buscando el tiro y sistemas de ataque más complicados resulta beneficioso para tener una nueva perspectiva.

Hoy por hoy, un juego de baloncesto de una consola de última generación da la posibilidad de elegir sistemas de ataque y defensa, de subir la bola con el base, marcar jugada, esperar a triples bloqueos e incluso cambiar de rumbo si el equipo contrario ha reaccionado negativamente a nuestro intento de obtener canasta. También es posible programar dobles defensas o emparejamientos defensivos, así como potenciar la selección de tiro o el ímpetu defensivo en momentos concretos del juego.

El plano personal

Pero Morey lo deja claro, son videojuegos, es imposible evaluar a la persona, conocer su comportamiento como compañero o los posibles problemas extradeportivos que pueda crear fuera de las canchas.

Ron Artest, uno de los recientes y más sonados fichajes de los Rockets parece que fue puesto a prueba utilizando esta herramienta. De hecho, los problemas extradeportivos y la calidad como compañero de equipo del polémico alero eran conocidos por todo el planeta. Quizá, lo más importante era saber cómo se iba a comportar con la casaca roja y blanca de los tejanos. Y quizá, lo interesante es saber el peso real de la nueva herramienta del scouting baloncestístico. En definitiva, cuánto hay de noticia y cuánto de marketing en un tema que, sin duda, seguirá dando que hablar.