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Anjel Ord��ez Periodista

De cristianos y fariseos

Ha dicho Joseph Ratzinger -alias Benedicto XVI, de profesi�n Papa, m�xima autoridad de la Iglesia cat�lica y, por lo tanto, portavoz infalible del Dios cristiano en la Tierra- que est� en peligro la paz �por el estallido masivo de la violencia en la Franja de Gaza en respuesta a otra violencia�. En otras palabras, que la masacre jud�a contra el pueblo palestino no entra ni siquiera dentro del muy amplio margen de tolerancia de la Iglesia para con seg�n qu� violencias, pero que al fin y al cabo los palestinos se lo han buscado. De esta manera, este Papa se suma a la larga lista de condenas condicionadas que, pretendiendo situarse por encima del bien y el mal, buscan la equidistancia afeando la conducta a los israel�es porque la matanza no admite maquillaje, mientras responsabilizan a los palestinos de la situaci�n por no haberse portado bien.

No es que me extra�en, pero las declaraciones del jefe de los curas me llaman poderosamente la atenci�n por la profunda contradicci�n -una m�s- que entra�an con respecto a la doctrina marcada en los estatutos del cristinanismo, es decir, en la Biblia. �Hab�is o�do que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resist�is al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofr�cele tambi�n la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la t�nica d�jale tambi�n el manto� (Mateo 5: 38-40). Tomando como referencia las ense�anzas de Cristo recogidas por San Mateo en este pasaje, no se entiende que Ratzinger justifique la matanza de palestinos en una, dicho sea de paso, falsa y demag�gica violencia de respuesta por parte del implacable ej�rcito sionista.

Son ya m�s de cuatrocientos palestinos muertos en esta �matanza de gente indefensa�, que es como el diccionario define la palabra �pogromo�. �Le suena el t�rmino a Simon Peres? Ayer mismo, el Ej�rcito israel� mataba a un l�der de Ham�s, a su esposa y a sus ocho hijos. Cuando la locura jud�a parece no tener fin, escuchar a los l�deres pol�ticos y espirituales del mundo hablar de responsabilidades compartidas suena de lo m�s fariseo. �Recuerdan a los fariseos?

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