Bernardo Arregi Tejedor, entrañablemente Tito, nos ha dejado en silencio, no como a él le hubiese gustado, vociferando, pero ha muerto en una noche en una cama del Hospital de Basurto mientras dormía, agotado y sin fuerzas, sin embargo, nos queda la fuerza y la energía que él nos ha transmitido a lo largo de muchos años de compartir militancia y amistad. Un legado que se transmite entre compañeros, camaradas y amigos.

No ha sido nada fácil la lucha por la vida de Tito, más bien al contrario. Por eso, en primer término queremos expresar nuestro sincero y cariñoso pésame a su hermano y cuñada, a todo su entorno familiar y de amigos más cercanos. Decíamos que no ha sido sencillo la lucha por la vida de Tito a lo largo de los últimos años. Primero estando en prisión sufre el fallecimiento de su querida amatxu, años más tarde, ya en libertad, muere a causa de una meningitis su único sobrino, que era su gran pasión, poco más tarde el fallecimiento de su aita. En este su sino trágico de la vida, Tito sigue su trabajo militante, en favor de los derechos de los presos, en abnegado trabajo.

De Tito si se puede decir que era una persona singular, singular que no quería parecerse a nadie, singular en su forma de ser y pensar. De una persona que se ha entregado siempre a la causa por la emancipación nacional y social de Euskal Herria. Primero, en sus años de juventud, en pleno franquismo, la eclosión de siglas y partidos del reciente pos-franquismo, su paso por LAIA o entornos, agitando gentes en su querido Casco Viejo de Bilbo, para posteriormente dar un salto cualitativo en su militancia, entrado en ETA, para algo antes que mediados de la década de los 80 ser detenido y encarcelado para pasar en prisión una larga estancia.

Es en la cárcel, donde mejor conocemos a Tito, forjamos una fuerte amistad, compartimos de todo, amistades, nuestras propias existencias, una lucha diaria en la cárcel por la supervivencia y nuestra esencia militante. Sobrevivir en la cárcel, recordando primero en el plano humano a nuestros seres queridos, para luego en el quehacer cotidiano hacer frente al represivo sistema carcelario. Huelgas de hambre, txapeos, plantes... En esas circunstancias nos fuimos conociendo más y mejor, compartiendo experiencias, ilusiones, algunos enfados, algo normal en la vida cotidiana, pero transmitiéndonos una militancia, que era el punto cardinal de nuestra estancia en prisión. Un debate necesario, estaba siempre presente, su inquietud internacionalista y su sentido revolucionario, abertzale e independentista, hacen de él como se decía al principio en un entrañable personaje singular, sobre todo en su forma de expresarse hablando, bien vociferando o bien insultándonos, nos hacía ver que Tito estaba presente entre nosotros.

Más tarde, Tito ya en la calle en libertad, muestra su solidaridad internacionalista y entabla amistades con gentes y grupos revolucionarios de otras latitudes y estados. Es Tito hombre entregado siempre a la causa de los más oprimidos. Es Tito entregado al socialismo emancipador, en una lucha de clases, por la emancipación de la clase trabajadora, como al él le gustaba decir luchar por la dignidad de los currantes y clases populares, enseñanzas forjadas en su quehacer militante y en la Universidad Popular del Casco Viejo de Bilbo, pateando sus calles y rincones.

Los últimos años han sido para Tito y un nutrido grupo de expresos políticos, querer poner en marcha un complicado proyecto de acogida a ex presos. Un trabajo y un proyecto que Tito llevaba con una dedicación hasta casi el agotamiento de su debilitada salud, con la ilusión de un jovencito, una día para aquí otro para otro lugar. Ir a visitar algún que otro amigo a la cárcel, transmitirles solidaridad y tratar de compartir sus inquietudes y penurias. Explicar de qué iba el talde de acogida para los que iban a salir de la cárcel. En una palabra, él con otros ha sido el gran impulsor de este proyecto del cual esperamos y deseamos que en su memoria fructifique.

Nosotros, un grupo de ex presos y amigos de Tito, hacemos un llamamiento a todas aquellas personas con sensibilidad abertzale y que le han conocido acudan a su homenaje en fecha aún por decidir y compartiendo su solidaridad por todos los represaliados políticos de Euskal Herria, todo el mundo acuda a la manifestación que el próximo sábado se celebrará en Bilbo.

Tito, compañero, camarada, amigo, has muerto, cuando los filo fascistas judíos, con el silencio y la justificación de la mal llamada comunidad internacional está masacrando a la comunidad palestina en Gaza, pueblo palestino que compartías tu solidaridad internacionalista. Sin embargo, seguirás muy vivo en nuestro recuerdo, no envano has dejado sembrada la semilla que un día germinará en la emancipación nacional y social de Euskal Herria. El socialismo y la independencia. Salud.

Firman : Jose Antonio Torre «Medius», Fernando Irakulis, Juan Jose Larrinaga, Ander Alberdi, Jota Gallastegi, Fernando Arburua (ex presos políticos).