OFENSIVA CONTRA GAZA
Un alto líder de Hamas y parte de su familia mueren en un ataque aéreo
El Gobierno israelí se enorgulleció ayer de haber matado en un bombardeo a un alto dirigente de Hamas, a dos de sus esposas y ocho hijos. Por otra parte, el anuncio de que hoy permitirá la salida de los ciudadanos extranjeros hace prever un recrudecimiento de los ataques. Ya son más de 400 los muertos desde el inicio de la ofensiva hace seis días. Para la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, «no es necesaria una tregua porque no hay una crisis humanitaria».
GARA | GAZA
Israel se felicitó por la muerte ayer de Nizar Rayyan, un alto dirigente de Hamas. En el ataque aéreo con misiles contra su vivienda en el campo de refugiados de Jabaliya también murieron dos de sus esposas y ocho hijos. Alrededor de 70.000 palestinos viven en este campo, el más poblado de Gaza.
De 51 años y doctor en Filosofía Islámica, era uno de los líderes más importantes del grupo islámista en el norte de Gaza. Rayyan había rechazado la adopción de medidas de seguridad especiales pese a que Israel ha retomado la llamada política de «asesinatos selectivos». Su fallecimiento y el de sus familiares se produjo tras una intensa noche de bombardeos.
En los últimos seis días, la Fuerza Aérea israelí ha atacado ministerios, viviendas de activistas, comisarías, mezquitas, la sede de una ONG y edificios de la Universidad Islámica. Ayer lanzó más de cuarenta bombas que alcanzaron al Parlamento y el Ministerio de Educación, que para el Ejército son «una parte fundamental de la infraestructura de los grupos terroristas».
También fueron destruidos cinco túneles subterráneos en la frontera con Egipto, utilizados para el contrabando y el suministro de todo tipo de productos escasos en la Franja tras año y medio de férreo bloqueo israelí.
Algunos residentes relataron además bombardeos terrestres que se suman a los que efectúan la aviación y los navíos de guerra. La población vive encerrada en sus casas, sin agua ni electricidad y con el único sonido de las bombas, ambulancias y aviones no pilotados.
El jefe de emergencias de la Franja, Moawiya Hasanein, informó que más de 420 personas han fallecido hasta el momento mientras que el número de heridos asciende a 2.100. Precisó que un 40% son mujeres y niños, y una décima parte de los heridos está en estado grave. Los recursos son cada vez más escasos y la falta de electricidad dificulta todavía más el tratamiento de los heridos.
Para la ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, esta realidad no existe. Durante una visita a París, dijo que «no es necesaria una tregua humanitaria porque no hay una crisis humanitaria». En ese sentido, reiteró el rechazo de su Gobierno a pactar una tregua de 48 horas, propuesta por el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
El primer ministro, Ehud Olmert, calificó la sugerencia de «poco razonable». «No iniciamos la operación para luego ponerle fin mientras continúa el lanzamiento de cohetes», alegó. «Hamas nos está poniendo las cosas difíciles pero mucho más difíciles se las pone a su pueblo», agregó.
«No podemos conformarnos con una situación en la que cientos de personas se van a dormir y se levantan con miedo, incertidumbre y desasosiego. Actuaremos para que haya tranquilidad en las comunidades del sur», destacó en alusión alusión a las poblaciones israelíes.
El Gobierno israelí anunció que hoy autorizará la salida de unos 443 extranjeros que viven en Gaza. Muchos sos cónyuges o familiares directos. Peter Lerner, enlace militar, indicó que entre las personas a las que se permitirá salir hay estadounidenses, rusos, moldavos, ucranianos, turcos y noruegos.
El cruce fronterizo de Erez quedará abierto hoy por la mañana. Lerner reconoció que «no todos se van en este tipo de situaciones». Esta autorización a abandonar el territorio palestino a extranjeros se ve como una posible preparación de una escalada de los ataques.
El primer ministro de Gaza, Ismail Haniyeh, denunció en un discurso televisado la ofensiva israelí y sus dramáticas consecuencias. «Lo que está ocurriendo en Gaza no es una ofensiva normal como aparece en algunos medios de comunicación. Lo que está ocurriendo es inmoral y sin principios. Viola todos los valores religiosos, es un genocidio contra los palestinos de Gaza porque se utilizan todo tipo de armas de tierra, aéreas y navales», remarcó.
«Cientos de toneladas de proyectiles han sido lanzados contra Gaza, contra sus niños y mujeres. Es una guerra que tiene como objetivo todo lo que encuentra, desde mezquitas a universidades. Esta guerra no está dirigida contra Hamas y su Gobierno, va contra los palestinos y su causa», incidió. Dejó claro que «los palestinos vencerán a los tanques que están esperando el permiso para cometer crímenes contra los palestinos».
Aún así, pidió que se detengan los tanques y se abran los cruces fronterizos sin condiciones previas e instó al resto de grupos palestinos a iniciar un diálogo sin condiciones ni restricciones.
GARA