El empate con el que acabó el derbi del Sadar promete fuertes emociones para el próximo jueves. Athletic y Osasuna, sin embargo, deberán esperar al menos hasta el lunes para empezar a trabajar en sus opciones de clasificación. Vizcainos y, sobre todo, navarros, tienen todavía mucho que hacer en Liga y, por si la necesidad no fuera suficiente, sus rivales este fin de semana exigen máxima concentración.

La papeleta más complicada le toca, en principio, a Osasuna. El equipo de José Antonio Camacho comenzó en positivo su particular Everest, pero ni lo conseguido en el Sánchez Pizjuán, ni la miniracha que ha enlazado en las dos últimas jornadas, ni los asumibles tres puntos que le separan ahora de la 17ª plaza parecen avales ante el todopoderoso Barcelona. Los números del equipo azulgrana, que ya empieza a batir récords, asustan: con 17 jornadas disputadas, aventaja ya en 11 puntos al segundo clasificado, gracias a que sólo ha perdido un encuentro y apenas ha empatado dos; su maquinaria realizadora le ha permitido anotar una media de tres goles por partido, hasta alcanzar los 51 -el triple exacto que Osasuna, por ejemplo-; es el equipo que menos goles encaja, apenas once, y al que menos veces le tiran a puerta... Un rival, en definitiva, ante el que todo lo que no sea caer por goleada parece positivo.

Pero Osasuna no se lo puede permitir y ni siquiera se lo plantea. «No somos un rival cómodo -advierte Javad Nekounam-. Que estén seguros de que no van a arrancar ningún punto de aquí. Hasta ahora ha sido así, los puntos que hemos perdido se han debido a nuestros propios errores, porque ningún rival ha sido mejor que nosotros». Un partido sin errores, por tanto, puede ser sinónimo de sorpresa, en opinión del persa.

Engañoso

Aunque su situación clasificatoria es mejor que la de los rojillos, y pese a que es su rival el que no parece atravesar su mejor momento, en el Athletic se muestran algo más comedidos.

Aunque ya son cinco los partidos que acumulan sin perder, los rojiblancos se mantienen a seis puntos del descenso. «Si el Espanyol nos llega a ganar en la última jornada, estábamos ahí otra vez -advertía ayer Orbaiz en este sentido-. Quedan muchos partidos y corremos el peligro de confiarnos y meternos en problemas. En dos o tres jornadas ésto da muchas vueltas».

Lo cierto es que su ventaja podría reducirse a la mínima expresión si cayeran en el Vicente Calderón. Motivación no le va a faltar al rival que necesita reaccionar tras su mal arranque de año, con derrotas ante Valencia en Liga y Barcelona en Copa. El siempre cuestionado Javier Aguirre, de hecho, podría verse obligado a hacer las maletas en caso de enlazar su tercera derrota consecutiva.

Lo cual no quiere decir que el Athletic vaya a encontrarse con una perita en dulce. Sobre todo teniendo en cuenta que el choque se disputa en el Calderón, donde los madrileños han ganado seis de sus ocho compromisos, en los que han anotado veinte goles.

Unas cifras que, en opinión de Orbaiz, convierten al choque en «un buen examen para demostrarnos que somos capaces de plantar cara a cualquier equipo y en cualquier campo. Confiamos en nuestras posibilidades».