Tanto Israel como Hamas rechazazon ayer la resolución adoptada en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía una «alto el fuego inmediato, duradero y plenamente respetado, que conduzca a la completa retirada de las fuerzas israelíes de Gaza». Esto ocurría el mismo día en el que la propia ONU suspendía la ayuda en Gaza, ante la imposibilidad de garantizar la seguridad de su personal después de que el Ejército israelí matase a varios trabajadores de la organización. Finalmente consiguieron algún tipo de «garantía» y vuelven a la franja.

Los soldados israelíes han masacrado al menos a ochocientos palestinos, la gran mayoría civiles. Hay miles de heridos, y los testimonios hablan de un ensañamiento extremo por parte del ejército agresor. Pierre Wettach, delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja, ha narrado cómo un equipo de rescate «halló a cuatro pequeños junto a los cadáveres de sus madres. Estaban demasiado débiles para ponerse en pie». Y ante el llamamiento de la ONU el Gobierno de Olmert insiste en que nadie va a decirle a Israel qué hacer y qué no en Palestina. No en vano son el pueblo elegido.

En este insostenible escenario del horror, la actitud desafiante de Israel sólo es comparable con la vergonzante incapacidad de la ONU para, ni siquiera, cumplir su mandato humanitario para con las víctimas de la locura israelí. Que la ONU no es capaz de regular las relaciones internacionales no es ningún secreto. Y lo ha vuelto a demostrar con una resolución que a través de una artificial equidistancia entre verdugos y víctimas trataba de eludir el veto de EEUU y sólo ha conseguido cosechar un nuevo fracaso. Un fracaso que huele a humillación, la que supone ver impune y arrogantemente rechazadas sus resoluciones por quien no duda en atacar y matar a sus propios colaboradores. Para detener el holocausto sionista habrá que mirar en otras direcciones. ¿La unidad nacional palestina? ¿La Haya? ¿El boicot internacional? Sólo una combinación de esas estrategias en sus respectivos ámbitos puede dar ya algún tipo de resultado.