«Cuando Londres decidió criminalizar a los presos o a Sinn Féin, el conflicto sólo empeoró»
Alex Maskey (Belfast, 8 de junio de 1952) es un superviviente del conflicto irlandés (atentaron varias veces contra él) y una pieza clave en su resolución. Desempeña distintos cargos en la formación republicana y, a su vez, a día de hoy es miembro de la Asamblea de Stormont. Desde esa perspectiva, y tras pasar por Bilbo, alerta de que atacar el diálogo sólo supone una pérdida de tiempo, lo haga el Gobierno español o lo hagan las víctimas de ETA. Y reitera que la solución sólo llega cuando se acepta que ésta es política.
Ainara LERTXUNDI |
Alex Maskey, quien fuera el primer alcalde republicano de Belfast, su ciudad natal, ha estado en Euskal Herria varias veces, e incluso en Madrid con motivo de otros procesos políticos como el que llevó a la cárcel a toda la Mesa Nacional de HB en 1997.
El jueves acudió a Bilbo para asistir en calidad de observador al juicio contra otros cinco militantes independentistas, además del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y dos dirigentes del PSE. Esa misma tarde atendió a GARA en la capital vizcaina para, entre otros aspectos, ofrecer su punto de vista sobre este juicio y sobre el bloqueo político existente en Euskal Herria.
¿Hubiera sido posible un juicio así en Irlanda o en cualquier otro lugar de Europa?
En el pasado, también nosotros fuimos objeto de una persecución política antidemocrática, y tuvimos que afrontar muchas luchas políticas en el norte de Irlanda. Pero sí es cierto que fue tal vez de una forma diferente a la de este juicio en particular.
¿Se criminalizó el diálogo político en algún momento en Irlanda?
El proceso de paz en Irlanda fue el resultado directo del diálogo político, eso está claro.
Por tanto, considero un error absoluto criminalizar o perseguir a las personas implicadas en un proceso de diálogo para buscar la paz, como se está haciendo aquí.
¿Qué efectos hubiera tenido eso en su país?
Cuando el Gobierno británico decidió, por ejemplo, criminalizar a los presos políticos, o a mi propio partido, Sinn Féin, o cuando atacó otras iniciativas que exigían justicia, igualdad y libertad para Irlanda, el conflicto empeoró.
Aquella política de criminalización de un conflicto que era político, en vez de ponerlo en vías de resolución y llevarlo hacia su fin, supuso alargarlo más.
¿Considera que este juicio muestra que el «lobby» contra la solución al conflicto político está fuerte en el Estado español?
Entiendo que este juicio ha sido impulsado por personas que representan a las víctimas de ETA. Entiendo que muchas de estas personas han perdido a seres queridos y que por eso están implicadas en esa persecución al diálogo.
Pero considero que es más importante conducir el conflicto a su fin y asegurar que no habrá más víctimas del conflicto. Entiendo que haya gente que incluya a los tribunales en su agenda de actuación, pero, como he dicho, la persecución está mal y no conduce a nada.
¿Cree que la cuestión de Euskal Herria ha vuelto a quedar fuera de la agenda europea tras el fin del último proceso de negociación?
Depende del momento. En este, Gaza en particular domina la agenda internacional.
Hay mucha gente que ha estado preocupada e interesada por el proceso de paz en Euskal Herria. Es cierto que, probablemente, la comunidad internacional no está tan informada como debería sobre la situación actual. Por eso creo que está menos preocupada por todas las circunstancias que rodean a Euskal Herria.
En Irlanda también hubo momentos de esperanza y momentos de bloqueo. ¿Cómo se sale de estos últimos? ¿Quién tiene que tomar la iniciativa?
En todos los procesos tienes tus momentos altos, periodos de esperanza y otros de mayor pesimismo.
La única vía para resolver el conflicto es que todas las partes implicadas -organizaciones armadas, políticas y gobiernos- tengan determinación para solucionarlo.
Como en Irlanda, en Euskal Herria el conflicto es político y, por tanto, la resolución debe ser política. Hemos dicho que daríamos la bienvenida a aquellos que en Euskal Herria o en el Gobierno español estén dispuestos a respetar un diálogo político, un proceso de paz. Pero no me corresponde decir quién debería tomar la iniciativa.
En Europa no deja de aplicarse el derecho de autodeterminación: Irlanda, Kosovo, Escocia, Groenlandia... ¿Por qué no Euskal Herria?
Sinn Féin está absolutamente comprometido en la defensa del derecho a decidir y, obviamente ésa es la clave del conflicto vasco.
Como partido, al igual que la mayoría de la gente en Irlanda, respetamos el derecho de autodeterminación de los vascos y animamos a un diálogo político y un proceso. El derecho a decidir es una cuestión fundamental que debe ser tratada. Llamo a los españoles a reconocer ese derecho.
Los medios de comunicación de Madrid hicieron mucha literatura sobre unas supuestas discrepancias entre Sinn Féin y Batasuna durante el proceso de negociación. ¿Hay algo de cierto en ello?
Nosotros nos limitamos a dar nuestro apoyo. No le vamos a decir o aconsejar a nadie qué hacer o no.
No vamos a interferir en el corazón de los vascos o españoles. No lo tenemos que hacer, no tenemos además ningún derecho a hacerlo. La ciudadanía vasca tiene sus representantes.
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, acaba de decir recientemente que la organización armada ETA ha desaprovechado tres procesos de negociación y que no habrá más. ¿Cómo hay que tomar ese tipo de declaraciones?
Lo importante para Sinn Féin es no interferir, y limitarse a dar aliento a aquellos que quieren un proceso de paz.
Hay gente en Euskal Herria comprometida con el derecho de autodeterminación y en la búsqueda de la paz en términos democráticos.
No quiero disentir con Zapatero porque él es el presidente y tiene que hacer sus declaraciones. Lo que sí quiero reiterar es que creemos que hay gente en Euskal Herria que quiere y lucha para conseguir una resolución democrática.
Invito al Gobierno español a hacer todo lo que pueda para lograr ese objetivo. Ahí está nuestra experiencia.
«Respetamos el derecho de autodeterminación de los vascos y animamos a un diálogo político y un proceso. Es una cuestión fundamental que debe ser tratada»
«Considero un error absoluto criminalizar o perseguir a las personas implicadas en un proceso de diálogo para buscar la paz, como se está haciendo aquí»
«Entresaka zazpi edo bederatzi lerrotan»