GARA > Idatzia > > Euskal Herria

Plátanos demasiado curvos y zanahorias nudosas, de próxima venta en nuestras fruterías

La fruta y la verdura «fea», ésa que no sólo el consumidor rechaza sino que la propia Unión Europea prohíbe, compartirá escaparate con el resto de productos. Será a partir del 1 de julio próximo y todo porque se cree que así se abaratarán los precios. ¿O la calidad?

p016_f01_140x200.jpg

Joseba VIVANCO

Los tabloides británicos, euroescépticos donde los haya, suelen burlarse a menudo de algunas normativas y reglamentaciones que imperan en los estados de la Unión Europa, como aquella que prohíbe la comercialización de plátanos demasiado curvos. Sí, como lo leen. Desde hace tres décadas imperan unas reglas sobre las frutas y hortalizas que se venden en los mercados comunitarios y que detallan, de manera minuciosa, aspectos como el tamaño, la forma o el color de estos productos. El objetivo último es ofrecer al consumidor un escaparate de calidad y evitar la venta de ejemplares torcidos, curvados, en definitiva, feos.

Así, de acuerdo a esta legislación, la parte blanca de un puerro debe representar al menos un tercio del largo total del mismo, o, en el caso de las berenjenas que comparten un mismo paquete, la diferencia entre ambas no debe superar los 20 mm en el caso de las alargadas o los 25 mm en las de tipo globus. Pero hay más. Las cebollas, cuyos manojos no deben tener menos de 16 unidades, deben presentarse enteras, limpias y secas, desprovistas de tallos huecos y sin olores; los pepinos de primera clase deben ser «prácticamente rectos» y el ángulo de curvatura no puede superar el 1/10; o un racimo de uvas no puede pesar más de un kilo.

El plátano, sobre el que los británicos humorizan, debe estar curvado y tener una longitud superior a 14 cm; el espárrago de primera clase debe ser verde en al menos un 80% de su longitud; y las zanahorias deben ser suaves y sin deformaciones.

Pero esta puntillosa medida que ocupa en el reglamento de comercialización de frutas y hortalizas nada menos que un centenar de folios, será papel mojado a partir del próximo 1 de julio. «Esto significa una nueva era para el pepino medialunado y la zanahoria nudosa», ha sentenciado la comisionada de Agricultura de la UE, Mariann Fischer Boel.

A mediados de noviembre, y con el voto contrario de los países más productores de frutas y verduras de la UE, como los estados español y francés, se acordó derogar esta estricta reglamentación, bajo el argumento de los elevados precios de estos productos; de esta manera, los muchos ejemplares hoy desechables podrán venderse más baratos y serán más accesibles para el consumidor.

Esta medida afectará a un total de 26 productos, como albaricoques, espárragos, judías, repollos, ciruelas, melones... Pero quedan exentos, y por tanto sujetos a las estrictas normas, otros diez, entre ellos las manzanas, fresas, lechugas, kiwis, uvas o tomates, si bien podrán venderse también aquellos ejemplares fuera de la regla siempre y cuando su etiqueta los distinga de los de las mejores categorías.

Impedir que las tiendas vendan alimentos en perfectas condiciones, aunque menos presentables, y hacerlo en tiempos de crisis, es «moralmente injustificable», ha llegado a razonar al director del comité de Agricultura del Parlamento Europeo, Neil Parish. Sin embargo, no todos aceptan la idea de que el levantamiento de la `veda' conllevará una rebaja en los precios de frutas y verduras.

«Fruterías todo a cien»

Los más directamente afectados, los productores, ya hablan de que se abre la puerta a mercancía de peor calidad, en un momento en el que la seguridad alimentaria prima en las políticas comunitarias. Las asociaciones de agricultores se han subido a la parra porque creen que se corre el peligro de que las fruterías se conviertan en nuevos `todos a cien' o `a un euro'.

¿Y qué dicen en las tiendas? «Actualmente, en los mercados de abastos, como en el de MercaBilbao, se quedan sin vender los escasos productos feos. Estamos en crisis, pero queremos fruta seleccionada. Nada de pimientos retorcidos, que a todos nos gustan lisos, que son más monos», comenta Manuela Gómez, de Frutas Manuela, en Bilbo, quien admite no ver mal la medida.

Sin embargo, coincide con las dudas expresadas. «No va a abaratar nada, simplemente costará menos porque son artículos de menor calidad», matiza. Eso sí, añade que lo que puede suceder es un efecto contrario en los productos considerados de calidad, que suban de precio «para marcar mucho más claramente la diferencia».

 
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo