Ettienne BALMER

Los inversores tomaron muy mal el anuncio de la entrada del Estado en el accionariado del Commerzbank, segundo banco privado alemán, con una participación del 25% más una acción en la entidad por lo que se convierte en un accionista mayoritario, con derecho a veto en decisiones importantes y en la junta general. Después de haber perdido más de un 13% a la Bolsa de Frankfurt el jueves y alcanzar su nivel más bajo en su historia en curso de una sesión, los títulos de Commerzbank proseguían viernes su descenso particular a los infiernos.

Numerosos analistas saludaron, sin embargo, la entrada del Estado, juzgada indispensable para permitir al Commerzbank proseguir sus actividades de crédito, en particular con destino a las pequeñas y medianas empresas, y conseguir su fusión con Dresdner Bank. El banco recibió una inyección de capital adicional de 10.000 millones de euros, tras acogerse al plan de rescate del Gobierno para los bancos.

«El Estado desempeña el papel de una comadrona en un nacimiento doloroso», comentó Robert Halver, estratega de acciones de Baader Bank. La intervención del Estado es una «realización alineada» para hacer frente a las depreciaciones de activos que pesan sobre Commerzbank y Dresdner Bank. «En todo el mundo, el Estado vuelve a entrar en el capital de los bancos», subrayó.

Carsten Werle, analista de Sal Oppnheim, avanzó que se «esperan depreciaciones de varios miles de millones de euros para el cuarto trimestre».

Commerzbank tiene la intención de cerrar el rescate de Dresdner para finales de enero con un coste total de 5,1 mil millones de euros. Los activos despreciados que dormitan aún en las cuentas de este último podrían sin embargo hacer la integración más dura.

El banco de Frankfurt (oeste) ya recurrió en noviembre al fondo federal de apoyo a los bancos, (SoFFin), por 8.200 millones de euros de liquidez. El jueves, anunció una nueva contribución equivalente a los capitales no colocados, o «durmientes», no dando derecho a voto al Estado.

En cambio, la compra de 295 millones de nuevas acciones ordinarias a 6 euros la unidad permite al Estado tener un 25% más una acción en el capital del banco y estar en condiciones de formar por sí solo una minoría de bloqueo. «Está previsto enviar a dos representantes del Estado al consejo de vigilancia del Commerzbank», declaró a AFP un portavoz del Ministerio de Hacienda, a fin «de asumir nuestra responsabilidad de controlar cómo se utiliza el dinero de los contribuyentes». No obstante, precisó que «no tiene intención de interferir en las decisiones» de la entidad bancaria.

«Sería una gran equivocación y una tontería que el Gobierno intentara participar en los negocios operativos (del Commerzbank)», explicó en Berlín el portavoz del Ministerio de Economía, Torsten Albig, recordando que la intención del fondo de rescate es restablecer la confianza en el sector bancario «por medio de avales y no participaciones». «El Estado defenderá los intereses del contribuyente», añadió el portavoz, antes de apostillar que «los miembros del consejo de vigilancia, si son inteligentes, no participan en el negocio operativo». El presidente del Commerzbank, Martin Blessing, considera que la participación del Estado se prolongará mas allá del año 2012.

También en la Gran Depresión

La historia se repite para Commerzbank y los conocedores de los hechos retrotraen su memoria a los años de la Gran Depresión, a 1932, cuando fue nacionalizado durante cinco años, recordó Antje Laschewski, estratega de acciones de LBBW. «Este recuerdo crea un sentimiento muy negativo en los mercados», consideró. Y la entrada masiva del Estado en el accionariado «va a implicar un dilución un 20% del beneficio por acción de los accionistas» de Commerzbank, según Carsten Werle, de Sal Oppenheim.

Distintos analistas han pronosticado que la deuda contraida por la entidad va a aumentar. Según los cálculos realizados por Carsten Werle, la totalidad de las ayudas públicas concedidas al Commerzbank a un tipo de interés del 9% le obligará a pagar un tributo de 1.500 millones de euros al año. En 2007, ejercicio que fue excepcional para el segundo banco privado alemán, obtuvo un beneficio neto de 1.900 millones de euros.