Gobiernos y expertos proponen cambios que apuntalen el capitalismo
La Conferencia «Nuevo mundo, nuevo capitalismo», desarrollada en París durante esta semana, reunió a expertos económicos, políticos y gobernantes mundiales para proponer reformas que apuntalen el sistema capitalista en un momento de grave crisis, pero todos ellos dejaron claro que no se trata de destruir ni abandonar el actual sistema de economía de mercado, sino de reformarlo para garantizar su mantenimiento.GARA |
Los expertos económicos, políticos y líderes mundiales que participaron en la Conferencia «Nuevo mundo, nuevo capitalismo», clausurada el pasado viernes en París, instaron a los estados agrupados en el G-20 a que, en su reunión del próximo 2 de abril en Londres, adopten medidas concretas para reformar el sistema y hacerlo más «responsable» como forma de garantizar su supervivencia.
Como ejemplo de esas medidas, el primer ministro francés, François Fillon, citó la armonización de los fondos propios de los bancos, la regulación de las remuneraciones o la «lucha sin piedad contra los paraísos fiscales». Estas fueron algunas de las propuestas que el dirigente francés sugirió en su discurso de clausura de este foro copresidido por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el ex primer ministro británico, Tony Blair.
Según Fillon, la cumbre de Londres del Grupo de los Veinte (G-20) debe fijar las nuevas reglas del sistema financiero mundial y debe hacerlo teniendo en cuenta que la crisis actual afecta a todos y, por lo tanto, propuso repensar el mundo teniendo en cuenta a todos los actores internacionales.
Dirigiéndose a Estados Unidos, el primer ministro subrayó que es necesario que ese país tenga claro que solo se podrá superar esta crisis a través de la cooperación internacional.
«El mensaje de Europa a Estados Unidos es este: vivimos la primera crisis real y generalizada de la mundialización y eso conduce a la necesidad de repensar el mundo», agregó.
Tony Blair también intervino en la sesión de clausura y lo hizo para sumarse al argumento de que hay que reformar el sistema y poner en marcha una nueva reglamentación para que sirva a la economía real.
El objetivo, dijo, «no es el abandono de la economía de mercado o la destrucción del capitalismo», sino garantizar su mantenimiento dándole la capacidad necesaria para crear riqueza para el conjunto de la sociedad.
Blair expresó su deseo de que ese nuevo sistema «recompense el trabajo, no la especulación simple y fácil». En términos similares, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) Jean-Claude Trichet, que participó en una de las mesas redondas de la Conferencia, defendió la necesidad de corregir la «atención excesiva» que durante mucho tiempo se ha dado a los beneficios a corto plazo en detrimento de los resultados a largo plazo.
Trichet apostó por «romper con el modelo actual» para superar los «importantes fallos» y la fragilidad del sistema financiero actual. En su opinión, hay que «fundar un nuevo paradigma» centrado en tres ejes fundamentales: la sostenibilidad a medio y largo plazo, la resistencia ante las turbulencias y un enfoque «sistémico».
Trichet afirmó que la rapidez y el alcance de las decisiones adoptadas por los bancos centrales y las medidas de gobiernos y parlamentos para recapitalizar el sector financiero han permitido evitar el hundimiento del sistema financiero internacional.
Sin embargo, advirtió de que no conviene «subestimar la fragilidad estructural actual de las finanza mundial y, como consecuencia, de la economía mundial. Nos encontramos aquí con una cuestión central: tenemos que romper con el modelo sobre el que se organiza la economía mundial», dijo, porque «el modelo hoy obsoleto es el que se apoya básicamente sobre el concepto de un equilibrio relativamente a corto plazo de los mercados de capitales».
Por lo que se refiere al futuro a medio y largo plazo, Trichet se mostró partidario de corregir «los importantes defectos» del sistema financiero mundial sin por ello cuestionar la economía de mercado que, en su opinión, es «la única capaz, en este momento, de proporcionar una prosperidad duradera» en el mundo.
Propuestas de Trichet
En todo caso, el primer objetivo debe ser mejorar la resistencia del sistema financiero. «No podemos tolerar las debilidades que aparecieron a partir de agosto de 2007 y menos todavía las de mediados de setiembre de 2008. Tenemos que sacar las consecuencias, sin ser complacientes, de la situación actual», advirtió.
Trichet planteó poner en marcha un sistema de remuneración de directivos más equilibrado y que no estimule la asunción de riesgos excesivos, así como sistemas internos más eficaces de control de riesgos.
En segundo lugar, propuso revisar todo el marco reglamentario en vigor para evitar que no se amplíe el carácter cíclico de la actividad bancaria, en concreto normas contables que reflejen el valor «justo». En el futuro, según Trichet, deberían además articularse nuevos mecanismos para garantizar que los bancos constituyan reservas en periodos de bonanza para amortiguar el choque cuando el ciclo se vuelva en contra.
En tercer lugar, puso de relieve que el nivel creciente de sofisticación y de complejidad de los instrumentos financieros no se ve acompañado, en las últimas décadas, de avances similares en materia de transparencia lo que, en su opinión, se traduce en importantes lagunas en la información de inversores y educación financiera.
En la conferencia participaron también otras personalidades de la política y la economía mundial como la canciller alemana Angela Merkel, el director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, la comisaria europea de Competencia Nelly Kroes o la presidenta de Liberia Ellen Johnson-Sirleaf. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, también adelantó en la apertura del foro que «debemos moralizar el capitalismo, no destruirlo. Hay que refundarlo».
Tanto Sarkozy como Angela Merkel, así como Tony Blair, coincidieron en que «el tradicional sistema de bienestar no es capaz de hacer frente a este tsunami económico», según dijo el último, quien subrayó la importancia de imprimir valores al sistema financiero para que deje de basarse en la simple especulación. Esta crisis, dijo el ex mandatario británico, debe verse como «una oportunidad de abrir un nuevo capítulo».
Merkel planteó la posibilidad de crear un Consejo Económico internacional, similar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, o «una Carta para una economía razonable a largo plazo», al igual que existe una Carta de Derechos Humanos.
La conferencia de París insistió en que no se trata de destruir el capitalismo y propuso regular los fondos propios de los bancos, las retribuciones de los directivos y controlar las actividades de riesgo para salvar la economía de mercado.
Los líderes de los gobiernos europeos se dirigieron a Estados Unidos para subrayar que las reformas que salven el sistema deben basarse en la cooperación y tener en cuenta a todos los actores internacionales.
Los mensajes de los políticos y del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, insistieron en que son necesarias medidas para evitar la especulación y la atención excesiva que se ha dado a los beneficios a corto plazo.
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, cifró ayer en cuatro millones el número de empleos que permitirá crear el plan de recuperación económica que prepara, con grandes inversiones en infraestructuras y energías «limpias». En su discurso radial semanal, Obama reconoció que el año nuevo comienza para los estadounidenses «con la mayor crisis económica que hayamos visto en nuestras vidas» y señaló que en el «Plan de Recuperación y Reinversión», que prepara antes de asumir la presidencia incluye un conjunto de inversiones de entre 650.000 y 775.000 millones de dólares en un plazo de dos años. En 2008 el desempleo subió al 7,2% y dejó 2,6 millones de nuevos parados, la mayor cifra desde 1945. Inicialmente, este plan de inversiones iba dirigido a la creación de 2,5 millones de empleos pero el objetivo se ha aumentado a cuatro millones. El 90% de estos nuevos empleos serán creados por el sector privado, mientras que el 10% restante serán empleos públicos para maestros, policías o bomberos.
Según explicó Obama, los puestos se crearán en «una variedad amplia de industrias», pero las infraestructuras y las energías «limpias» serán la punta de lanza del plan. En concreto, se crearán casi medio millón de empleos en la construcción de paneles solares, turbinas de viento, el desarrollo de automóviles de consumo eficiente y nuevas tecnologías energéticas. A su vez, se extenderá el seguro por desempleo y la cobertura sanitaria y se aprobará un recorte de impuestos. No obstante, Obama admitió que «probablemente la situación podría empeorar antes de que comience a mejorar».