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HIMALAYA Apertura

Primera a la oeste del Kangchungtse

Vince Anderson y Marko Prezelj escalan durante la aclimatación dicha vertiente de la montaña de 7.678 metros de altura. No pudieron con el objetivo principal: la cara oeste del Makalu.
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Marko PREZELJ

Cuando se juntan alpinistas de la talla de los estadounidenses Steve House y Vince Anderson y el esloveno Marko Prezelj, lo normal es que la líen. Tenían un proyecto muy interesante entre manos: la cara oeste del Makalu. Empezaron a aclimatar en la normal del ochomil nepalí y, como postre de dicha fase, Anderson y Prezelj se hacen con la primera a la oeste del Kangchungtse o Makalu 2. El reto importante, el del ochomil, se quedó para mejor ocasión; y es que la expedición se caracterizó por un compendio de problemas: logísticos, de salud, de viento...

Una expedición entre el 12 de septiembre y 15 de noviembre pasados, con 34 días en o cerca del campo base y con el resultado final comentado. Una línea en la oeste del Kangchungtse, 900 metros de escalada en 16 horas, una actividad en su mayor parte en terreno empinado de hielo y con dificultades técnicas en mixto de M4-M5. Como asegura el propio Prezelj a GARA, «no ha sido una actividad histórica, pero si una muy buena escalada». En la siguiente crónica, el alpinista esloveno nos da los pormenores de su experiencia en el Makalu y su satélite Kangchungtse.

Una buena primera

Mi última expedición junto con Vince Anderson y Steve House ha sido otra de las grandes experiencias de mi vida. Queríamos escalar la cara oeste del Makalu y, como era un proyecto muy ambicioso, hicimos primero una corta aclimatación en Langtang, donde escalamos algo por encima de los 5.000 metros. Nuestro plan era volar en helicóptero hasta el campo Hilary (4.800 m) y de allí caminar hasta nuestro campamento base (5.700 m). Cuando regresamos a Katmandú, la agencia que habíamos contratado (Nomad Nepal Treks & Expedition) nos informó de que el helicóptero tenía algunas averías que sólo podría solucionar un técnico ruso. Así que tuvimos que ir a pie, lo que nos llevó seis días desde Tumlingtar.

Casi todo el equipo y la comida la llevaba un equipo de porteadores que tardaría cuatro días más que nosotros en llegar al campamento. Desde el base continuamos aclimatando en la ruta normal. Después de dos «incursiones» a la normal decidimos rematar la aclimatación con la escalada de la cara oeste del Kangchungtse o Makalu 2 (7.678 m), una montaña que nos parecía interesante para «entrar en ambiente».

Steve no se sentía muy bien, así que prefirió quedarse en la tienda de vivac. Vince y yo comenzamos la escalada de Kangchungtse con un tiempo muy frío y algo de viento. No estábamos seguros de hasta dónde seríamos capaces de subir, pero en el momento en que el sol tocó la pared, volvió a nosotros la ambición de llegar a la cumbre. La escalada resultó muy interesante: algo de mixto y, sobre todo, hielo y campos de nieve. Justo en el momento en el que nos alcanzó la noche habíamos conseguido quedarnos a tres largos de la cima.

Cansados, en la oscuridad llegamos a la cumbre y comenzamos a descender, primero hacia el Makalu La [el paso que separa el Makalu de Kangchungtse] y después hacia nuestro vivac, en la normal del Makalu, a 6.700 metros. Steve nos recibió con bebida caliente cuando llegamos a la tienda, a eso de las 11 de la noche. El tiempo no fue muy bueno durante la noche y amaneció con mucho viento y nevando. Una vez en el campo base fuimos conscientes de que ninguno de los tres se encontraba en condiciones de intentar la cara oeste del Makalu. Así que decidimos descansar y bajar hasta los 4.200 metros tras 8 horas de marcha.

Dos días de reposo, y de camino otra vez hacia la montaña. Los fuertes vientos no nos animaron mucho. Vivaqueamos a unos 6.300 metros mientras el viento estrellaba cristales de hielo contra la tienda haciendo un enorme ruido. Por la mañana, mientras desayunábamos, un trozo de hielo de tamaño considerable entró en la tienda. No hizo falta discutir mucho para tomar la decisión de darnos media vuelta. El viento no dio tregua ni hizo posible ningún intento de escalada.

Dos días antes de la llegada de los porteadores, Steve probó suerte más a la derecha. Antes de descender, vivaqueó por encima del serac principal de la cara oeste. Ahora sabemos que la cara oeste del Makalu es factible en estilo alpino y que vamos a volver, pero necesitamos que las cosas salgan bien. Esta vez no tuvimos suerte con el tiempo y no estamos nada contentos con la agencia Nomad.

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