Hay veces que el genoma humano es así de estúpido. Tal vez los poderosos y trapicheros de la vida se obstinen en conservar imperios que no sirven más que para esclavizar a los que no están en su paranoia.

El imperialismo como tal y los usureros generalmente son los más dados a usar la palabra «democracia» en nombre de sus intereses personales. Ahora les toca a Gaza y a toda Palestina. Parece que el dios de los israelitas les manda masacrar a los palestinos por ser terroristas, ya que su sagrado breviario así lo dice.

En este éxtasis de locura el éter huele a carne abrasada por las bombas de los poderosos sionistas, ya que al parecer hay una Palestina terrorista y malvada, aunque les tiren con piedras o les lancen katiuskas de saldo para defenderse. No importa que mueran cientos de niños indefensos ni palestinos y palestinas a los que se les priva de su libertad. Hay que perseguir a también a todos aquellos partidos políticos y medios de comunicación que no entran dentro de su consenso, al ser también éstos terroristas.

El mundo de los mal autoproclamados buenos ante estas barbaries se calla. Otorga su fiel esternón al poderoso, que al final es quien mantiene sus poltronas.

Aquí, en Euskal Herria, no hay más que algún gesto de colocarse algún pañuelo palestino como protesta civilizada. En marzo, o cuando sea, habrá unas llamadas elecciones libres y tampoco diremos ni pío frente a tantas injusticias sociales y políticas que existen. Aunque se ilegalicen partidos políticos, medios de comunicación, de conciencia y se penalice toda opción consecuente que huela a «vasco», poniéndoles también epítetos de «apologías de los violentos», ya que esto acrecentará los fantasmas de una ruptura «democrática e imperial», según algunos mercaderes y cerebros del Estado de Derecho.

La palabra «libertad». La verdadera libertad, en esta farisaica sociedad, la dejarán los políticos para sus actos protocolarios, sus demagogias y sus puestas en escena. La crisis, la tan cacareada crisis, será lo que sus dioses han decidido. Y aquí, donde se nos llena la boca de discursos que dicen que el diálogo vale todo en este país tan justo, cada vez habrá más presos y cárceles en los extrarradios para camuflar la falta de libertad.