La presentación de la plataforma D3M ha motivado la esperada reacción de los esperados políticos, fiscales y analistas. Lo dejó claro ayer Pilar Cernuda en «Diario de Navarra».

La veterana columnista se rasgaba las vestiduras por el empleo de los inapropiados términos que ellos mismos han acuñado y se lamentaba: «Ya tiene bemoles que los medios informativos y políticos se hable de una posible `lista blanca', cuando en caso de que los filoterroristas se salieran con la suya presentarían una lista negra, negrísima, que defiende el asesinato y la violencia como la línea adecuada para conseguir sus fines». Lista negra, pienso, la de quienes se creen con el derecho de impedir que decenas de miles de personas puedan votar. ¿No les parece?

Para tranquilidad de la airada periodista, «en esta ocasión parece que Zapatero va a tomarse el asunto en serio y de hecho el fiscal general ya ha dado las instrucciones pertinentes para que se investigue todo lo relacionado con ese invento y ver si se puede aplicar la ley de partidos para impedir su inscripción e impedir así el bochorno y la indignación que supuso hace pocos años que se dieran luz verde a partidos creados por mandato de ETA y que de esa manera hayamos sufrido la presencia de las `nekanes' en el parlamento vasco o de personas de ANV en distintos ayuntamientos del País Vasco y Navarra». Se vuelve a olvidar de que todas esas personas han ocupado todos esos cargos por expreso deseo de una parte sustancial de la ciudadanía. Se nota la escasísima tradición democrática de algunas.

El estado de nerviosismo le lleva, además, a confesar sus fobias: «Bastante estamos tragando por aquellos polvos que trajeron lodos tan indecentes como el trato de favor que recibió uno de los más sanguinarios terroristas, De Juana, que ahora se manifiesta en Irlanda por la actuación de Israel en Gaza». Será porque en Irlanda existe el derecho a manifestarse.

Y al final lo que queda al descubierto es el carácter de mero cálculo electoral que preside esos disparates: «El PSOE de está convencido de que Patxi López puede ser el próximo lehendakari. Para ello necesita dejar claro que su distanciamiento hacia los amigos de ETA es total, sin fisuras, para atraer así el voto más `español'. Pero por otra parte, si planta cara a las `listas negras', el PNV puede llevarse unos miles de votos de quienes prefieren a Ibarretxe, aunque detesten al PNV, antes que a un candidato de una partido de ámbito nacional». ¡Qué prosaico!