La contraprogramación está llegando a unos puntos absolutamente difíciles de escudriñar. Nadie sabe a ciencia cierta qué serie se emite esta noche. Los partidos de fútbol se subastan a veinticuatro horas de su celebración y aparecen anunciados en una cadena, pasan por los previos de otras y acaban en una tercera o cuarta. Hay nerviosismo. Los altibajos en las audiencias descolocan a los programadores que buscan desesperadamente soluciones inmediatas, y lo primero que intentan es buscar un milagro con el cambio de día y hora de sus mejores armas.

Así Tele 5, cuando ha mantenido el liderazgo de la noche de los domingos con un formato muy reconocible y con una serie muy cualificada y con capacidad para acaparar públicos, va y la cambia. «Aída» se vio ayer martes, para ello ha necesitado que otros programas también se muevan, por lo que el lío es inmenso y la clientela debe ponerse ante el electrodoméstico esencial con un cachazudo, «¿a ver qué nos echan?» ya que es difícil saber lo que va hoy, mañana o pasado. Lo cierto es que Tele 5 mueve de día esta serie justo en el momento que va a desaparecer la protagonista que da nombre a la serie, ya que va a ingresar en prisión por defender a una de sus hijas. Un reto para guionistas y esperemos la respuesta del público. Sin Carmen Machi y fuera de su día donde se ha consolidado, parecen demasiados cambios de una tacada.

El tembleque en las parrillas se ha transmitido a las otras generalistas que son contra las que se hacen estos movimientos. En teoría esto está prohibido, o dicho de otro modo, está reglamentado que los cambios se deben hacer con unos días mínimos de anticipación, pero como en el pero de los casos, que se denuncie y se logre una decisión en contra de la cadena a cargo de la comisión pertinente, solamente reciben una multa, los responsables prefieren pagar esas migajas, antes que dejarse caer al abismo de los porcentajes bajos y perder bastante más dinero por ingresos de publicidad que están vinculados con las audiencias. Mientras tanto ni los periódicos diarios, ni los semanales, ni siquiera las páginas web de algunas cadenas saben bien cómo confeccionar las parrillas.