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El mundial de balonmano sueña con la final de los croatas ante la Francia de Karabatic

Se nota que el mundial de Croacia está al principio del ciclo olímpico. Salvo los anfitriones, que buscan el «happy end» de su mejor generación, los demás están en vías de renovación. Sólo la campeona olímpica Francia parece poder discutir el oro a Ivano Balic y compañía.

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Arnaitz GORRITI

Los últimos eventos mundiales del balonmano han tenido a sus anfitriones en la punta de lanza. Así, en el mundial de Túnez 2005, la selección anfitriona obtuvo un meritorio cuarto lugar. Dos años después, no hubo quien tosiera a Alemania en un Campeonato del Mundo en el que destacaron un arbitraje escandalosamente favorable a los teutones y una Polonia que, de la mano de Bogdan Wenta, logró la medalla de plata. Es de suponer, pues, que ante el mundial que acoge Croacia desde mañana y hasta el 1 de febrero, los dálmatas se froten las manos.

De hecho, para el grueso de la selección croata -Valcic, Metlicic, Vori...- es casi la última oportunidad y este evento pudiera suponer un happy end de su mejor generación; hasta el seleccionador Lino Cervar está mimando a su estrella Ivano Balic para que esté listo en el choque inaugural de mañana ante Corea. Además, el ambiente en el vestuario anfitrión parece inmejorable. Vlado Sola, ex portero de la arlequinada, declaraba que «se respira una atmósfera parecida a la de 2003, cuando fuimos campeones y comenzó nuestra leyenda».

Pero la gran favorita no es otra selección que la francesa. La selección del gallo, liderada por Nikola Karabatic y sus lugartenientes Abalo, Omeyer o Girault, busca revalidar su oro olímpico con el cetro mundial, medalla que ya saborearon en 2001. De todos modos, habrá que ver hasta qué punto afectarán las ausencias de Abati o Jerome Fernandez. Y es que estamos al inicio del ciclo olímpico, y eso da pie a mayores sorpresas -como el oro de España en 2005- porque varias de las potencias están inmersas en regenerar sus conjuntos de cara a la cita de Londres 2012.

Ausencias y sorpresas

El Campeonato del Mundo de Croacia tiene 24 participantes que se dividirán en cuatro grupos, con seis selecciones en cada uno de ellos. Tras enfrentarse todos contra todos entre el 16 y el 22 de enero, los tres primeros de cada cual se cruzarán -Grupos A y B por un lado, C y D por el otro- en una segunda liguilla, del 24 al 28. Sólo los dos primeros de ambos grupos pasarán a semifinales. Éstas se jugarán 30 de enero, para disputarse la final en Zagreb el primero del mes que viene.

Como siempre, el mundial tendrá en las selecciones europeas su epicentro. No obstante, Egipto, Argelia o Túnez -sin olvidar las pujantes Cuba, Brasil o Argentina- merecen cierta consideración. No entrarán en los metales, pero igual alguno de ellos se cuela en la segunda liguilla y ejerce de juez a la hora de dejar fuera a alguna potencia.

Conviene subrayar que en los mundiales siempre hay alguna ausencia europea de renombre. Sin ir más lejos, la selección de Islandia, plata en los Juegos Olímpicos de Beijing, no estará en el Campeonato del Mundo. En su lugar, la remozada Suecia de los míticos Ola Lindgren y Steffan Olsson vuelve para reverdecer viejos laureles. La representación escandinava tendrá en Dinamarca su mejor exponente. Campeona de Europa en 2008 y bronce en 2007, Mikkel Hansen y Lars Christiansen liderarán un conjunto capaz de volar desde los extremos.

Mientras tanto, a los dos últimos campeones mundiales, España y Alemania, hay que dejarlos en suspenso. La selección hispana ha cambiado de seleccionador. El «sistema Pastor» ha dejado paso a Valero Rivera. El ex técnico del Barcelona ha renovado en parte la selección, aunque también cuenta con el abuelo Barrufet ante la imposibilidad de seleccionar aún al genial Sterbik, en un ejercicio vergonzante de «nacionalización express». Iker Romero será el único vasco, -sorprenden las ausencias de Julen Aginagalde y Jon Belaustegi-. Rivera deberá atarle en corto, pues el gasteiztarra puede ser tan genial como nocivo.

En Alemania, Heiner Brandt tendrá que confiar en el guardameta Bitter, el extremo Jansen y el lateral Hens para llevar la batuta de una selección que ya recibió un duro correctivo en Beijing al no superar la primera fase. Parece que los teutones llegan tiernos a la cita dálmata, aunque también es cierto que les gusta el calor de la competición.

Todas estas selecciones, además de Polonia, Serbia, y en menor medida Rusia, deberán esperar el error de galos y croatas, y evitar que se dispute la final soñada.

 

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