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Camino a la redención

«Siete almas»

Después de colaborar con el cineasta italiano Gabriele Muccino en «En busca de la felicidad», Will Smith repite la experiencia de cara a su progresión como actor dramático, con un conmovedor papel que le podría valer la nominación al Óscar. En «Siete almas» forma pareja romántica con Rosario Dawson, estableciéndose una química especial entre ambos que, conjugada a un desarrollo argumental de lo más intrigante, funciona de manera satisfactoria.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Will Smith ha encontrado en el cineasta italiano Gabriele Muccino a su mejor aliado para proyectarse como actor dramático, estimulado por el ejemplo de otros cómicos que están demostrando que el que es capaz de hacer reír, sin duda lo más difícil que hay, no tiene problemas para hacer llorar o trasladar emociones al espectador.

La experiencia fue muy positiva en la anterior colaboración entre ambos, ya que «En busca de la felicidad» no salió mal parada ante la crítica y arrasó en la taquilla. Mientras no acaba de llegar el esperado remake norteamericano de «El último beso», la película italiana que dio a conocer internacionalmente a Muccino, Smith se ha dejado dirigir de nuevo por el transalpino en «Siete almas», con mayor éxito si cabe. La crítica se ha desecho en elogios para la actuación del afroamericano, al que no le han de faltar votos de los académicos de cara a los Oscar.

Melodrama clásico

El argumento de «Siete almas» recuerda a los melodramas clásicos de buenos sentimientos, pero su sorprendente desarrollo nos sitúa ante una película que sabe jugar con el suspense emocional. El sutil estilo narrativo de Muccino imprime a la narración un misterio constante, sin que el público llegue a intuir hasta cumplida la primera hora de proyección de qué va el asunto. La cuestión es entender los motivos ocultos del extraño comportamiento del protagonista, empeñado en ayudar a siete extraños a resolver sus problemas. Es su particular forma de superar el complejo de culpa provocado por un mortal accidente, en el que, entre otras personas, falleció su mujer. De la lista de desconocidos destaca otra mujer (Rosario Dawson), que le devolverá el amor que él pretende transmitir en una sola dirección.

Will Smith, un showman cercano y cómplice que vende con su simple presencia

Will Smith tiene una imagen pública mucho mejor que Tom Cruise, pese a que son amigos y comparten, junto con Travolta, su pertenencia a la secta de la Cienciología. Si cae tan bien es por su condición de showman nato, capaz de establecer una cercanía y una complicidad con la audiencia en cada una de sus apariciones en los medios de comunicación. Está demostrado que la promoción ideal de una película es la indirecta; es decir, aquella que hace denotar la presencia de la estrella sin necesidad de insistir en lo que está presentando en un determinado programa televisivo, y así lo hizo en «El hormiguero». M. I.

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