La distribución recupera una película de Guy Ritchie realizada hace cuatro años, pero que cayó rápidamente en el olvido a causa de las malas críticas. «Revólver» no fue bien recibida en su momento, porque venía a sumarse al estrepitoso fracaso de «Barridos por la marea», hecha al servicio estelar de su esposa Madonna, nula como actriz.

La situación actual ha cambiado con el estreno de «Rocknrolla», un thriller ambientado en Londres que recupera el estilo violento y provocador de sus iniciales «Lock and Stock» y «Snatch: cerdos y diamantes», que le valieron el calificativo del Tarantino inglés. Dicha revalorización del cineasta coincide con su divorcio de «la ambición rubia», que ha llevado a sus seguidores a volver a creer en la libertad creativa de este realizador independiente. Sin embargo, «Revólver» pertenece a una etapa en la que todavía seguía ligado a Madonna, y aunque la cantante no aparece entre el reparto, era capaz de anular la inspiración del maridito, porque nadie que esté a su lado puede o debe de osar eclipsar su fama.

La ambición de Madonna se le contagió tanto a Guy Ritchie que quiso refundar su propio estilo cinematográfico con un pretencioso thriller, considerando que tardó tres años en escribir «Revólver» y renunció en ese periodo a dirigir ofertas más comerciales como «Layer Cake», de la que finalmente se ocupó su habitual productor Matthew Vaughn.

El móvil de la estafa le sirve para especular sobre la relación entre la realidad y el fraude, con lo que una película de timadores y de jugadores de ventaja acaba convirtiéndose en una especie de acción virtual a lo «Matrix». El descabezado montaje hace que todo lo mostrado en la pantalla parezca un sinsentido, sensación aumentada a base de monólogos filosóficos y teorías matemáticas en torno a la Cábala, de la que, como no, es fanática Madonna. Ni Jason Statham, su actor predilecto, funciona como de costumbre al ocultar su característica calvicie bajo un ridículo postizo; ni tampoco el siempre gangsteril Ray Liotta.