Alvaro Reizabal Abogado
Informar divirtiendo
También la industria pornográfica norteamericana ha solicitado la ayuda del Estado. Dicen que ya es hora de que se refresque el apetito sexual de los yanquis y se levante (la industria). A la Reserva Federal esta nueva y sorprendente petición le ha cogido en pelotas
Hay veces en que los aconteceres diarios nos revuelven y el subconsciente rebusca en lo más recóndito del disco duro de nuestro ordenador cerebral, encontrando informaciones que creíamos olvidadas para siempre. A mí, por ejemplo, se me ha aparecido, como si la estuviera viendo, la imagen del viejo anuncio de los Sellos Eupita, infalibles para catarros nasales, que se cortaban rápidamente con tomar uno solo de estos prodigiosos remedios y que, al momento, detenían la molesta destilación nasal. La imagen en cuestión era la de un fulano que a modo de nariz tenía un grifo goteando, que se cerraba con la ingesta del producto. Como tantos otros medicamentos antiguos, estos sellos habrán desaparecido, más por baratos que por otra cosa, así que, a falta de remedios como el que citamos, aquí está el suscribiente emulando la imagen del anuncio y goteando sobre el teclado.
Muchas veces comentamos los dislates que los medios estatales suelen publicar refiriéndose a temas vascos, existiendo, incluso, secciones especializadas de gran predicamento como «El cocidito madrileño». Las perlas seleccionadas suelen provenir, casi siempre, de los mismos autores y se publican en los mismos medios, a los que se ha dado en llamar «la fachenda» o, en otras ocasiones, «la Brunete mediática». Pero conviene no perder de vista que otros que van de progres o de izquierdistas también hacen de las suyas. Así, por ejemplo, con motivo de la reciente sentencia de un juzgado bilbaino que condenó a un señor por pegarle una patada en los genitales a un dirigente del Foro Ermua, la edición digital de «El País» mantuvo en portada durante bastante tiempo que el condenado era militante de ANV, siendo así que desde el primer momento de este suceso se sabía su nombre y apellidos y que era afiliado al PNV. Lluvia fina para que cale.
El domingo 11 de enero el mismo periódico se refería a la presentación de la candidatura Demokrazia 3 Milioi, noticia que en cualquier sociedad que se precie sólo puede ser sinónimo de participación ciudadana en las tareas sociales y, como tal, digna de encomio. Pues bien, el rotativo de Prisa titulaba: «Ex batasunos desafían al Estado con una candidatura «contaminada»». Mas allá de lo grave que, por discriminatorio, resulta apelar a los contaminados como categoría (los nuevos agotes), decir que presentar una candidatura a unas elecciones es desafiar al Estado es una muestra inequívoca de que alguien está perdiendo el Norte.
También la crisis, que no para, ha producido noticias sugestivas. Ya no sólo mendigan los bancos o la industria del automóvil. También la industria pornográfica norteamericana ha solicitado la ayuda del Estado. Dicen que ya es hora de que se refresque el apetito sexual de los yanquis y se levante (la industria). A la Reserva Federal esta nueva y sorprendente petición le ha cogido en pelotas. Normal.