El preacuerdo alcanzado ayer recoge las demandas de Mercedes y deberá ser aprobado por las asambleas de afiliados de UGT, CCOO, USO y Ekintza para convertirse en acuerdo formal en una reunión que el comité mantendrá el día 22, mientras ELA y LAB lo rechazaron.

El presidente del comité, José Antonio Moreno (UGT), explicó que se ampliará el «bolsín de días en negativo» (flexibilidad) de los 18 actuales a 25. Además, los empleados verán adelantadas sus vacaciones de 2009: una semana en las fiestas de La Blanca, dos semanas en marzo y abril, y dos semanas consecutivas a partir del 22 de junio.

La dirección no sólo no descarta el ERE de suspensión de contratos para 2.800 de los 3.300 trabajadores de la planta durante setenta días, sino que sólo se compromete a aplicarlo inmediatamente antes o después de las semanas de vacaciones pactadas. Además, la empresa completará hasta un 80% del sueldo bruto de los empleados, de manera que estos acaben cobrando el 91% del sueldo neto. Moreno defendió estos contenidos por su valor económico porque «sin el acuerdo perderíamos 300 euros al mes y con el acuerdo perdemos cincuenta».

LAB denunció que que el preacuerdo es un «claro chantaje, por el que la dirección consigue un aumento de la flexibilidad con unos mínimos complementos de un ERE que no tiene razón de ser» y que calificó como «un fraude social».

ELA también rechazó el preacuerdo, porque, a su juicio, se ha evitado la participación directa de la plantilla en la decisión, aunque adoptará una postura final la próxima semana.

Durante el mes de febrero la plantilla sólo acudirá al trabajo ocho días por decisión de la dirección, que aplica así las medidas de flexibilidad.