Raimundo Fitero
Trucajes
Obviamente el abuelo Solbes aprovechó el viernes calderoniano para ofrecer a la ciudadanía su previsión de futuro económico apocalíptico al que nos enfrentamos, aquí de la mano de un gobierno en campaña electoral que camufle con todos los trucos posibles la realidad vigente. Si yo fuera Iker Jiménez dedicaría mis equipos e investigación a saber dónde está la fabrica de directivos de clubes de fútbol y de los encargados de asuntos culturales en las instituciones ocupadas por el PNV. Cuanto más los miro, a unos y otras, más me reafirmo en el convencimiento de que son mutantes, que no son estrictamente humanos, que han sido construidos con otros materiales, especialmente en todo lo que se refiere a su cerebro, que el común de los contribuyentes. El caso de Ramón Calderón es más mediático por venir de la entidad de la que viene, pero miren a su alrededor, a los presidentes de los clubes vascos, gallegos, catalanes, andaluces o leoneses. Vayan por las concejalías de su ayuntamientos. Bueno no, quédense en casa a resguardo, que los pueden abducir y llevárselos a su nave y los devuelven con alguna misión que cumplir
Hoy volverá a producirse el timo, remedar un carrusel deportivo televisivo en clave radiofónica. Es decir, hacer creer a la audiencia a base de gritos, que están viendo en directo los partidos, pero de eso nada, se los comentan, con muchos trucos, es decir, con un retardo de cinco o seis minutos con los hechos, y haciendo ver que tienen corresponsales en los campos cuando es todo una mentirijilla, están viendo la tele, como cuando algunos retransmiten las traineras por radio, mirando a al tele. O como se hace habitualmente el ciclismo. Pero La Sexta y Patxi Alonso han aumentado su impostura a todas las noches de los días laborales, con un espacio polideportivo, o sea fútbol y coches que es lo que ahora venden, que se emite a continuación de las noticias de la noche que emplean los mismos trucos. Hacer ver que está en un lugar, no dar ni una imagen, claro está, y retransmitirlo radiofónicamente, hasta con auriculares de postín. Este espacio va muy mal, tanto que está afectando a «El Intermedio», por lo que le auguro un futuro muy calderoniano.