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Las víctimas civiles son «producto de las circunstancias», según Israel

La población de la franja de Gaza trataba ayer de regresar a la normalidad tras el alto el fuego declarado, de forma separada, por Israel y Hamas, y se encontraba un escenario de devastación tras 22 días de agresión sionista. Hamas minimizó sus pérdidas, mientras las autoridades israelíes afirmaban que las víctimas civiles fueron «producto de las circunstancias». Se han contabilizado ya al menos 1.315 muertos y 5.500 heridos, la mayoría mujeres y niños.

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Las fuerzas policiales de Hamas retomaron ayer el control de la franja de Gaza, donde las tropas israelíes continúan su repliegue, mientras la población se esfuerza por regresar a la normalidad después de tres semanas de bombardeos israelíes. Los miles de palestinos que se vieron obligados a dejar atrás sus hogares y a refugiarse en viviendas de familiares o en improvisados refugios, como escuelas de la ONU, se despertaron ayer conmocionados y aturdidos por el grado de destrucción visible en las calles.

El trágico recuento de víctimas asciende al menos a 1.315 fallecidos -410 niños y 108 mujeres- y 5.500 heridos, la mayoría mujeres y niños, y casi todos civiles. Las tareas de desescombro descubrieron ayer una docena de cadáveres.

La ministra de Asuntos Exteriores israelí y candidata de Kadima a primera ministra, Tzipi Livni, afirmó ayer que la muerte de civiles ha sido «producto de las circunstancias» y responsabilizó de ello a Hamas y su estrategia. «Debíamos llevar a cabo esta operación. Estoy en paz al respecto -indicó-. Buscamos a los terroristas, pero puede ocurrir que los civiles a veces resulten heridos en la lucha contra el terror».

«Injustamente afectados»

También el primer ministro, Ehud Olmert, se refirió a las víctimas civiles «injustamente afectadas» ante varios líderes europeos, quienes se comprometieron a construir una «paz justa» en la región y a evitar el contrabando de armas que pueda permitir el rearme de Hamas.

Las excavadoras, mientras, trataban de limpiar calles y carreteras para permitir la reanudación del tráfico, que volvía a ser ordenado por los agentes de Hamas.

El Ministerio de Vivienda cifró en 4.000 el número de casas completamente destruidas y en más de 20.000 las que han sufrido algún tipo de daño, mientras que las pérdidas materiales se contabilizan, según estimaciones preliminares, en cerca de 2.000 millones de dólares. Ayer, Arabia Saudí anunció la donación de 1.000 millones destinados a la reconstrucción.

Tareas que Israel ha advertido que vigilará de cerca para evitar que algún proyecto beneficie a Hamas, según diplomáticos occidentales, controlando la entrada de productos muy de cerca y supervisando cada proyecto por separado.

Mientras tanto, Hamas minimizó las consecuencias de la agresión israelí para el movimiento de resistencia islámico, al asegurar que sólo 48 de sus milicianos habían muerto, frente a los 500 que Israel afirma haber matado. El portavoz de las Brigadas Ezzedin al-Qassam, el brazo armado de Hamas, Abu Obeida, anunció su disposición a rearmarse a pesar de las amenazas sionistas. Restó importancia a la destrucción de los túneles que unen Gaza con Egipto al señalar que «introducir armas para la resistencia y fabricarlas es nuestra misión y sabemos cómo adquirirlas».

Obeida, que afirmó que el número de soldados israelíes muertos era de 80, aseguro que la agresión sionista no logró ninguno de sus objetivos. «Triunfamos ya que nos negamos a arrodillarnos y mostrar la bandera blanca», dijo, antes de reiterar el compromiso de su organización con la resistencia si «el enemigo sionista no se retira de la franja de Gaza en una semana».

Las Brigadas al-Aqsa, vinculadas a al-Fatah, dijeron haber perdido 37 combatientes; la Yihad Islámica, 34; los Comités de la Resistencia Popular, 17, y el Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP), 13.

Además de enfrentarse a la falta de agua, electricidad, alimentos y medicinas, los gazatíes se exponen ahora, según advirtió ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la aparición de enfermedades infecciosas. «La población desplazada y amontonada está debilitada por el hambre y la falta de combustible para calentarse y cocinar, y seriamente traumatizada a nivel sicológico. El agua potable es escasa, el alcantarillado fue destruido y las basuras se apilan en las calles», citó la OMS como factores de riesgo.

Además, las campañas de vacunación han estado suspendidas durante más de tres semanas, por eso, la organización alerta de que la aparición de enfermedades en estas condiciones causaría otra crisis sanitaria. Y advierte de que «la tregua es frágil», los hospitales están desbordados y el personal médico y los equipos quirúrgicos, «agotados».

Mientras, en el norte de Gaza, se registraron enfrentamientos esporádicos entre tropas israelíes y milicianos del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), que no se adhirió a la tregua al exigir, antes, la salida de las tropas sionistas.

Evidencias de fósforo blanco

Mientras Gaza trata de recuperar la normalidad, Amnistía Internacional (AI) anunció haber recogido evidencias sobre el terreno del uso de fósforo blanco por parte del Ejército israelí en zonas densamente pobladas en la ciudad de Gaza y sus alrededores. Un equipo de AI llegó a primeras horas del sábado, antes de que Tel Aviv declarara un alto el fuego, a la ciudad de Gaza, donde encontró evidencias del «uso extendido» de fósforo blanco. «En un callejón de la ciudad de Gaza, vimos niños descalzos corriendo alrededor de restos de fósforo que todavía estaban ardiendo», explicó el equipo. «Encontramos más fósforo en el tejado de una casa familiar y en una calle abarrotada», añadió.

Abbas propone un Gobierno de unidad

El presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas, propuso ayer la formación de un Gobierno de unidad nacional provisional que prepare el camino para la celebración simultánea de elecciones parlamentarias y presidenciales e instó a todas los movimientos palestinos a que se reúnan inmediatamente en Egipto para superar sus diferencias.

«Lo que se requiere, si queremos llegar a un acuerdo y yo espero que queramos llegar a un acuerdo, es la formación de un Gobierno de unidad nacional que asuma el levantamiento del bloqueo (israelí), la apertura de los pasos fronterizos, la reconstrucción y la celebración simultánea de elecciones presidenciales y legislativas», declaró durante la cumbre económica de la Liga Árabe, que se celebra en Kuwait.

Añadió que «lo realmente apropiado y necesario es que todos nos reunamos inmediatamente en el territorio de Egipto», con el propósito, explicó, de «llegar a un acuerdo después de miles de horas de conversaciones» y poder plantear una estrategia común. GARA