GARA > Idatzia > Iritzia > De reojo

Raimundo Fitero

Tras la tormenta

Cuando más arrecia la tormenta, más nos agarramos al consuelo y repetimos a modo de mantra: ya amainará. Las inclemencias climatológicas, los fenómenos meteorológicos extraordinarios y extremos, por arriba o por abajo, se suceden con una frecuencia que aunque nos parezca siempre excepcional, responde a unos ritmos internos, a unas circunstancias cósmicas que a los que debemos mirar al cielo para ver si ha escampado o sacar la mano fuera del escueto amparo del paraguas para comprobar si sigue lloviendo nos parecen siempre fruto de fuerzas mágicas, de dioses, de conspiraciones o de poderes superiores. A veces, algunas veces, la respuesta no está solamente en el viento, sino también en los intereses más usureros.

Parece obvio que en el fenómeno de los vientos ciclónicos es algo no habitual, que no se tiene costumbre de luchar contra sus efectos como en algunos lugares del Caribe donde se suceden en escalas muy superiores, por lo tanto comprendemos que se produzcan problemas sobrevenidos, pero que se queden amplias zonas sin suministro eléctrico, varios tramos sin servicio de metro o de trenes, las carreteras con demasiadas dificultades, se levanten los tejados de manera casi total o que se derrumbe una construcción deportiva como si fuera un castillo de naipes, no entra dentro de lo que una sociedad evolucionada debería consentir sin preguntarse sobre las posibles negligencias de quienes construyen, de quienes financian, de quienes mantienen y de quienes tienen responsabilidades directas. Las rachas de viento de este fin de semana no son desconocidas, por lo que algo sucede cundo se admite sin rechistar estos síntomas de irresponsabilidad.

Periodistas y articulistas han bebido esta semana de varias tormentas. A ZP le ha ido de perlas, porque la tormenta más pertinaz y devastadora, la del paro, ha quedado enterrada por el ciclón y por el mal folletón de los espías del PP, una de esas muestras palmarias del nivel de falta de escrúpulos y prácticas mafiosas que reina en la clase política española. Y en otras. Por aquí caen chuzos de punta y esperamos con escepticismo que ya amainará. Ojalá no sea demasiado tarde.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo