El Ejército de Sri Lanka afirmó ayer que sus tropas se han hecho con el control de la ciudad portuaria de Mullaittivu, controlada por los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) desde 1996. «Tras un mes de enfrentamientos, controlamos totalmente Mullaittivu», declaró el comandante de las Fuerzas Armadas de Sri Lanka, teniente general Saratah Fonseka. «El fin del terrorismo está cerca, y desde luego que vamos a ganar», añadió.

«Las tropas han tomado la ciudad y ahora la están inspeccionando, por lo que es imposible decir cuántos muertos hay», manifestó el portavoz del Ejército, Udaya Nanayakkara. Subrayó que «una vez que se complete la `limpieza' de la zona, Mullaittivu será declarada liberada. Después de esto, no tienen ningún otro centro importante».

La única información de la que disponen los medios es la proporcionada por el Ejército cingalés, ya que el acceso a las zonas de combate está totalmente prohibido. Ni siquiera hay imágenes.

Aún así, Nanayakkara admitió que los tamiles opusieron una fuerte resistencia. El sábado, incluso, hicieron explotar una presa que inundó los alrededores de la ciudad. Los comandos especiales, con el apoyo de 50.000 soldados y aviones de combate, utilizaron pequeñas lanchas para llegar al lugar.

De confirmarse la toma de Mullaittivu, sería un duro golpe para los tamiles, que en enero perdieron su capital política, Kilinochchi, y el estrátegico Paso del Elefante, que une la península de Jaffna con el resto de la isla.

No obstante, el LTTE ya logró en la década de los noventa reconquistar el territorio tomado por las tropas gubernamentales.

Organizaciones humanitarias lanzaron la voz de alarma sobre la suerte de los civiles atrapados en la región de Mullaittivu. El enviado japonés Yasushi Akashi, cuyo país es el principal proveedor de fondos a Sri Lanka, pidió a Colombo que autorice el trabajo in situ de organismos humanitarios.