Washington ignora el destino de 350.000 millones de dólares de ayuda a los bancos
El Gobierno de Estados Unidos se ha dado cuenta de que no tiene ni idea de qué ha pasado con los 350.000 millones de dólares que ha dado a los bancos para que volvieran a conceder préstamos, aunque sí sabe que el crédito apenas ha aumentado.
César MUÑOZ |
«Algunas de las noticias que hemos visto en los últimos días hablan de empresas que han recibido ayudas y las han usado para reformar los baños o las oficinas», se quejó el viernes el nuevo presidente, Barack Obama. Deben ser baños de oro, porque 350.000 millones de dólares es más que todo lo que producen, por ejemplo, los argentinos en un año, y de los que el Gobierno de Estados Unidos no tiene ni idea de cómo han empleado los bancos.
Neil Barofsky, encargado de supervisar el uso de los fondos, ha reconocido que «prácticamente se desconoce lo que los receptores de las inversiones del departamento del Tesoro han hecho con el dinero y sus planes para cumplir con los requisitos de compensación.
El programa impuso algunos límites a la remuneración de los directivos, pero los banqueros aparentemente no han tenido problemas en sortear el obstáculo. El caso más flagrante hasta ahora ha sido el del banco de inversión Merrill Lynch, que en diciembre otorgó a sus ejecutivos entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en bonificaciones por buen desempeño, según el diario ``The Financial Times''.
Otorgó las bonificaciones días antes de informar de pérdidas por valor de 21.500 millones de dólares en el cuarto trimestre y mientras Bank of America, que accedió a comprar el banco, llamaba a la puerta del Gobierno para pedir más ayudas para llevar a cabo la operación.
Al mismo tiempo que han recibido el dinero del Gobierno por su precaria situación económica, los bancos han continuado con sus programas de relaciones públicas para ganarse el favor del Congreso, según ``The Wall Street Journal''.
Barofsky ha dicho que pedirá a todas las entidades que se han beneficiado del fondo de rescate que expliquen en un plazo de 30 días qué han hecho con los fondos.
Ayudas sin derecho a voto
La meta del plan era que la inyección de capital les permitiera reanudar la concesión de créditos para la compra de automóviles y viviendas, y les diera margen para ser flexibles con los propietarios de casas con el agua al cuello para pagar las letras. En su lugar, todo indica que la mayoría de los bancos ha agrandado sus reservas o pagado deudas y no ha concedido más préstamos por miedo a que la crisis lleve a la quiebra al prestatario.
Eso probablemente les haga dormir mejor por la noche, pero no ayuda nada al ciudadano común, que sufre las consecuencias de una recesión aguda originada en gran medida por los riesgos excesivos que asumieron los banqueros en su deseo de enriquecerse.
Los bancos no tienen la obligación de divulgar qué han hecho con el dinero, según las reglas del programa aprobado en octubre. La Administración tampoco puede forzarles a prestar porque ha comprado acciones en los bancos sin derecho a voto, de forma intencional, según explicó entonces el secretario del Tesoro, Henry Paulson, porque no quería que el Gobierno se metiera a dirigirlos. En el fondo de rescate quedan 350.000 millones de dólares.
El consejo directivo de Merrill Lynch otorgó entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en bonificaciones a sus ejecutivos por buen desempeño días antes de informar de pérdidas por valor de 21.500 millones de dólares en el cuarto trimestre.
Los bancos no tienen la obligación de divulgar qué han hecho con el dinero y la Administración tampoco puede forzarles a prestar porque ha comprado acciones en los bancos sin derecho a voto, de forma intencionada.