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Sospechas en torno a la Iglesia Católica

«La duda»

«La duda» cuenta con posibilidades para los Óscar gracias a sus cinco nominaciones, cuatro de ellas en el apartado interpretativo. Meryl Streep opta a Mejor Actriz Principal, y sus compañeros de reparto Phillip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis por sus interpretaciones secundarias. La quinta nominación es para John Patrick Shanley, que aspira a la estatuilla de Mejor Guión Adaptado, al haber reescrito para la pantalla su propia obra teatral.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Han transcurrido casi veinte años desde que John Patrick Shanley rodó su anterior largometraje, una ópera prima de la que ha tardado todo este tiempo en recuperarse. Su primera y única experiencia cinematográfica no había sido buena, así que ha esperado a una mejor oportunidad para reconciliarse con las cámaras.

A veces no basta ser uno de los dramaturgos norteamericanos contemporáneos más importantes para incursionar en otro medio con plenas garantías, pero lo cierto es que durante ese largo paréntesis el autor ha seguido escribiendo guiones para otros cineastas. Tal vez su error consistió en debutar con una comedia espectacular llena de fantasía, eso hizo que la filmación de «Joe contra el volcán» resultase un infierno. El inmenso esfuerzo por sacar adelante una película tan difícil no se vio compensado y la respuesta del público fue distante, al igual que la de la crítica.

Aprendida la lección, John Patrick Shanley tenía claro que debía de volver a dirigir cine con un texto que pudiera controlar en toda su puesta en escena, y para tal fin nada mejor que una de sus obras interioristas. «La duda» se presentaba como la excusa perfecta, pero su adaptación a la pantalla ha terminado por convertirse en una cuestión de principios. A pesar de que esta pieza dramática en un solo acto ha ganado el premio Pulitzer y el Tony, ha costado lo suyo convencer a los estudios para producir la película homónima. Las representaciones comenzaron en el 2004 en el «off-Broadway» y al año siguiente ya triunfaba en los principales escenarios. Sin embargo, era como si los ejecutivos de Hollywood sólo se atrevieran con el teatro musical, sin fiarse del tipo de obras más dialogadas, así que Shanley se lo tomó como algo personal y se puso directamente manos a la obra. La baza con la que contaba para presionar al productor Scott Rudin era la de las grandes posibilidades de los intérpretes principales para optar a los Óscar, tal como se ha confirmando finalmente con las nominaciones para Meryl Streep, Phillip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis. Es un pleno actoral de los que muy rara vez se dan, por lo que hay que suponer que la labor de dirección de Shanley también habrá ayudado.

Aunque cinco años no parezcan mucho, hoy en día es tal la celeridad de los cambios sociales que pueden suponer una eternidad. El enfoque con respecto a «La duda» ha variado desde que la obra fue escrita hasta el estreno de la versión cinematográfica que ahora nos llega, por los acontecimientos que se han dado con los juicios a miembros de la Iglesia Católica de los EE.UU. por pederastia. En la actualidad los abusos a menores son hechos probados, y ahí están las confesiones a cámara del padre O'Grady en el documental de Amy Berg «Líbranos del mal».

En cambio, el tema de «La duda», como su propio título indica, va más por el lado del peligro que supone acusar sin pruebas o prejuzgar a las personas, independientemente de la institución a la que pertenezcan. Por ello para las representaciones en castellano la obra fue rebautizada como «La sospecha», lo que nos devuelve a una situación anterior a la de las condenas en firme.

En cualquier caso la acción es retrospectiva, ya que transcurre en un colegio religioso del Bronx a mediados de los 60, cuando el conflicto racial estaba en ebullición. La víctima de los supuestos abusos es el primer niño afroamericano que llega a la institución, y a la precipitación de las acusaciones sobre el sacerdote con el que entra en contacto colabora el hecho de proceda de un entorno marginal. Las ideas renovadoras de dicho cura chocan con el integrismo de la superiora, que ve en su apertura de métodos una amenaza para la autoridad jerárquica que ella ostenta.

La nominación número quince de Meryl Streep, con sólo dos estatuillas>

Meryl Streep lleva ya quince nominaciones a los Óscar, por lo que para ella se ha convertido en una rutina que nada tiene que ver con la emoción del primerizo que sienten otros colegas de profesión. Es un récord histórico, casi imposible de batir, si bien tantas opciones se han visto solamente materializadas en dos ocasiones y además son ya lejanas. En 1979 ganó el de Mejor Actriz de Reparto por «Kramer contra Kramer» y en el 82, el de Principal por «La decisión de Sofía», así que ya va siendo hora de refrendar su actual reinado interpretativo en Hollywood. M. I.

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