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La sociedad civil pide participar en la construcción de Unasur

La idea de que América Latina deje de ser el «patio trasero» de EEUU y se convierta en una potencia económica con nombre propio empieza a germinar en el proyecto de Unasur, el tratado de integración entre los principales países del sur del continente.

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Agus HERNAN | Belem do Parà

La sociedad civil ve con buenos ojos la Unión de Naciones Sudaméricanas (UNASUR) siempre que se articulen los instrumentos de participación que aparecen recogidos en su texto fundacional. Y en Belem do Parà los representantes de los gobiernos de países como Brasil, Bolivia o Chile fueron sensibles a estas demandas en el marco de la mesa redonda «Unasur y la integración latinoamericana frente a la crisis global».

Ésa es al menos la lectura que hacen parte de las organizaciones participantes en el Foro Social Mundial de Belem do Parà, que miran directamente a los gobiernos progresistas que participan en la construcción de Unasur para que garanticen la participación de la sociedad civil y escuchen sus propuestas.

En una sala repleta de un público que soportó el calor asfixiante representantes gubernamentales y sociedad civil discu- tieron sobre el proyecto de unión económica, similar a la europea, que integre a los países del Mercosur y de la Comunidad Andina, además de a Chile, Guyana y Surinam, que entra ya en la fase de ratificación por sus respectivos parlamentos. Su objetivo último, según su acta fundacional, es favorecer un desarrollo más equitativo, armónico e integral de América del Sur, en base al desarrollo de un espacio integrado en lo político, social, cultural, económico, financiera, ambiental y en infraestructuras.

«Carácter ambicioso»

Las organizaciones participantes en los debates coinciden en los avances que recoge el tratado, sobre todo por el reconocimiento de América Latina como «multiétnica, multilingüe y multicultural» y por la referencia a «la democracia y los derechos humanos en su integralidad», aspectos ambos muy relevantes en un continente que ha conocido tantas dictaduras.

Resaltan el «carácter ambicioso» del tratado respecto al Mercosur y a la Comunidad Andina, porque pasa del carácter de comunidad al de unión» y reconoce que «la ciudadanía americana y la libre circulación de las personas por todo el continente».

Estiman que se trata de «un proyecto propicio a la participación de los movimientos sociales». No olvidan el contexto de América Latina, con un buen numero de estados con gobiernos progresistas y/o de izquierda y la perspectiva de que en marzo próximo en El Salvador gane las elecciones el FMLN.

En este sentido, ya en el Foro Social de las Américas realizado en Ciudad de Guatemala se lanzó la idea de organizar una Cumbre Unasur de la sociedad civil. «No somos ingenuos - afirma el chileno Martín Pascual-, dependerá de nuestra fuerza a la hora de hacer propuestas el que éstas sean atendidas, pero tenemos la oportunidad de adueñarnos de este instrumento y hacerlo más participativo».

Este miembro del Foro Social Chile, destaca que «lo más importante es que este proyecto no arranca de un sujeto comercial-arancelario» y que el «nacimiento de Unasur será el entierro de Mercosur y de la Comunidad Andina, instituciones que se han demostrado como instrumentos incapaces de avanzar».

Incógnitas

Todos destacan la importancia de la participación de Brasil como uno de los motores de Unasur, ya que en 15 años se convertirá en uno de los colosos de la economía mundial.

Es Brasil quien desea que Unasur asuma competencias en materia de defensa y de moneda única y ha propuesto, junto a la creación de Bancosur, que se cree una moneda de intercambio en las operaciones de comercio entre países de América Latina para que el dólar no sea la moneda de uso. Pero Brasil siguen siendo también la gran incógnita, ya que mantiene una posición favorable a esta unión pero la tentación de «jugar solo» frente a EEUU es muy grande.

La otra incógnita esta relacionada con el cambio de gobierno estadounidense. La Administración Obama deberá probar si desea una nueva política en América Latina o sigue queriendo que el continente marche al paso marcado por la Casa Blanca y establecer relaciones comerciales bilaterales con Brasil, buscando debilitar la futura unidad económica de este continente.

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