El convoy de la ONU en el que viajan cientos de civiles heridos por el fuego cruzado entre los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) y el Gobierno de Sri Lanka, y que permanecieron atrapados durante días en un pueblo cercano a las líneas de enfrentamiento, logró abandonar la zona ayer.

«El convoy acaba de cruzar la línea de frente con cientos de civiles heridos en los combates, incluyendo a unos 50 niños en condición crítica, que están siendo trasladados a un hospital», indicó el portavoz de la ONU, Gordon Weiss.

El LTTE como el Ejército se acusan mutuamente de los daños causados a los civiles, aunque según los tigres tamiles las tropas del Gobierno bombardearon una zona segura que se estableció la semana pasada para los civiles.