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El pesimismo sobre la salida de la crisis llega al Foro de Davos

Frente a la confianza mostrada el año pasado, los líderes políticos y económicos reunidos en el Foro Económico Mundial de Davos, en un clima pesimista, reconocen ahora que se equivocaron en sus previsiones, que no saben dónde estamos en el túnel de la crisis y que va a ser muy difícil restaurar la confianza que recupere la economía mundial. Apuntan al proteccionismo como uno de los obstáculos.

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Los políticos, empresarios y banqueros reunidos en Davos quieren evitar a toda costa que las protestas se acerquen hasta la cumbre del Foro Económico Mundial y lo han blindado con unos 5.000 militares, policías y fuerzas de seguridad privada, pese a lo cual ayer se llevaron a cabo manifestaciones. «Vosotros sois la crisis», acusaron varios centenares de personas en Davos, mientras en Ginebra la Policía disolvió con gases lacrimógenos y un cañón de agua a cientos de jóvenes en una manifestación contra el foro, la primera prohibida en el cantón de Ginebra en 35 años. La actuación policial, que efectuó alrededor de 130 controles, duró toda la tarde y llevó a comisaría a una treintena de personas.

Descontento social

Mientras tanto, los líderes económicos y políticos del mundo se mostraron pesimistas respecto a la duración de la actual crisis económica y financiera que en su reunión del año pasado afirmaron que no llegaría, y reconocieron que creará un descontento social generalizado.

El primer subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, recordó que la economía global crecerá un 0,5% en el 2009, el comportamiento más débil desde la Segunda Guerra Mundial,. Agregó que las economías avanzadas están en recesión y que las economías emergentes podrían resultar afectadas en la misma medida. Sin embargo, aseguró que «a final de este año y a comienzos de 2010 podremos restaurar la economía global». Algunas voces en el Foro celebraron como un gran progreso que este año, al menos, los líderes políticos han reconocido que no saben nada y que tienen mucho que hacer.

La ministra de Economía, Finanzas y Empleo francesa, Christine Lagarde, advirtió del peligro de que se produzca un descontento social generalizado en la zona del euro ya que la salida de la crisis afecta al dinero de los contribuyentes y vio necesario restaurar la confianza en el sistema financiero y que los políticos convenzan a la opinión pública de sus actuaciones, aunque alertó de que «vamos contra reloj».

El consejero delegado del banco Standard Chartered, Peter Sands, enfatizó que «no sabemos dónde estamos» y ello va a dificultar restaurar la confianza. También admitió que el pasado año los expertos reunidos en Davos estaban equivocados respecto a su percepción de la situación económica y de las perspectivas.

Políticos y grandes empresarios temen ahora el proteccionsimo que paralice el comercio y las finanzas. El paquete de estímulo económico en Estados Unidos es un paso en ese sentido, ya que, por ejemplo, una de sus medidas exigiría el uso exclusivo de acero y hierro estadounidense en proyectos de infraestructura.

Lagarde, alertó de que muchos contribuyentes presionan a sus gobiernos para asegurar que los impuestos que pagan beneficien a sus propios países. «El proteccionismo es una enfermedad y además contagiosa. El único antídoto es un acuerdo en la Ronda de Doha.», advirtió el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, en referencia a la liberalización del comercio promovida en la Organización Mundial del Comercio. La comisaria de Comercio de la UE, Catherine Ashton, consideró que los responsables políticos «quizás no estamos comunicando bien a la gente que el comercio es parte importante de la solución y no el problema». Como portavoz de los países asiáticos afectados por la caída de la demanda exterior, el ministro de Comercio surcoreano, Kim Jong-Hoon, recordó que el proteccionismo es «un círculo vicioso, si un país toma medidas de ese tipo sus socios comerciales harán lo mismo».

Un «banco malo» para comprar los «activos tóxicos»

Los expertos financieros en el Foro Económico Mundial de Davos destacaron que la intervención estatal en los bancos va a obligar a las entidades a ser más transparentes en sus cuentas de resultados, en las que deberán mostrar sus productos financieros complejos. Además, los bancos tendrán que ofrecer incentivos para evitar riesgos excesivos, asegurar una gestión de riesgo prudente y limitar la retribuciones a sus ejecutivos. En la próxima reunión del G-20, que se celebrará el 2 de abril en Londres, se concretarán los principios comunes y las acciones para reformar los mercados financieros, aseguró el presidente de una de las empresas que cotiza en el DAX 30 que prefirió no ser citado. Algunos gobiernos estudian la creación de un «banco malo» para comprar los activos tóxicos no líquidos de muchas entidades.

Hasta ahora el Gobierno alemán ha manifestado que no lo va a hacer pero el diario «Financial Times» informó el viernes de que sí quiere que los bancos creen vehículos individuales para mantener sus activos no líquidos, que serían respaldados con garantías estatales. Una vez que los bancos alemanes se hayan desprendido de estos activos tóxicos, podrán pedir nuevas inyecciones de capital.

La intervención de los bancos se ha producido en la mayor parte de las economías avanzadas, como EEUU, Gran Bretaña y Alemania, a través de adquisiciones negociadas, nacionalizaciones descaradas, créditos de emergencia, inyecciones de liquidez para levantar el mercado de préstamo a corto plazo y garantías estatales a los préstamos interbancarios, recuerda el Foro en un informe. GARA

Dudas

El FMI cree que «a comienzos de 2010 podremos restaurar la economía global» pero el consejero delegado del banco Standard Chartered, Peter Sands, enfatizó que «todavía estamos en el túnel y no sé cuándo vamos a ver la luz», lo que dificulta restaurar la confianza.

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