Muere un camionero en un accidente en Enderiz
Un transportista de 41 años, vecino de Pasaia, falleció ayer en un accidente en la N-113 a su paso por Enderiz, cuando el camión cisterna que conducía volcó y arrastró a otro vehículo, en el que viajaban dos personas, un hombre de 54 y su hija de 24, que sufrieron heridas graves.
GARA |
Un vecino de Pasaia de 41 años murió ayer en un accidente en el que el camión cisterna que conducía volcó y arrastró a otro vehículo en la N-121 a su paso por Enderiz. Otras dos personas que ocupaban este vehículo, residentes en Irun, resultaron heridas graves: un varón de 54 años que responde a las iniciales de J.S.A. y que fue trasladado al Hospital de Navarra, y su hija V.S.F., de 24 años, que ingresó en el Hospital Virgen del Camino de Iruñea. J.M.A.B. conducía un camión que transportaba 25.000 litros de combustible en sentido Irun, cuando hizo «la tijera» y arrastró al vehículo que viajaba por la vía en sentido contrario, según informó el Gobierno de Nafarroa.
Con la muerte de este transportista son ya seis los trabajadores muertos en Euskal Herria en el primer mes del año 2009. El año pasado fueron 109 los trabajadores muertos en su puesto de trabajo. SOS Navarra recibió el aviso a las 16.08 y hasta el lugar del accidente envió a bomberos de la Agencia Navarra de Emergencias del parque de Aralar, dos ambulancias convencionales, una medicalizada y dos equipos médicos de Iruñea y Ultzama.
Patrullas de la división de Tráfico de la Policía Foral también se desplazaron al lugar para regular la circulación, ya que fue necesario cortar la vía.
Parte de la carga que transportaba el camión cisterna se derramó en la calzada, por lo que la Agencia Navarra de Emergencias activó el Plan de Emergencia por Accidentes en el Transporte de Mercancías Peligrosas, acordonó la zona, y se confinó a los vecinos de las zonas más próximas hasta evaluar el peligro.
Quedaron dañados dos compartimentos de la cisterna, uno con 5.000 litros de gasoil y otro con 15.000 de gasolina, y una empresa especializada en gestión de residuos se encargó de controlar y retirar el vertido con el apoyo de una patrulla de la División de Protección del Medio Ambiente de la Policía Foral y de los bomberos, que cavaron unas zanjas para evitar que el combustible llegara al río.