La ansiedad y un rival al alza, enemigos de la reacción
EIBAR-ELCHE
A.U.L. | EIBAR
El Eibar regresa a Ipurua obligado a reaccionar. En puestos de descenso desde hace dos semanas, aunque con un partido menos que sus adversarios, a los azulgranas se les van agotando las opciones de sumar.
Y si no quieren pasarse la primavera jugando finales, necesitan hacerlo de tres en tres, algo que no han conseguido desde el pasado mes de diciembre, cuando se imponían al Alavés. Una racha -dos puntos en cuatro partidos- diametralmente opuesta a la de su rival.
El Elche acumuló disgustos a principios de temporada, incluyendo su derrota inaugural a manos del Eibar, pero el cambio de técnico le sentó de maravilla. Claudio Barragán ha conseguido que su equipo sólo haya encajado dos derrotas en quince jornadas, lo que le ha permitido, aunque las distancias no sean aún demasiado amplias, abandonar una zona de descenso a la que parecía condenado.
Junto al cuadro alicantino, la propia ansiedad azulgrana será la principal enemiga del Eibar. El primero en advertirlo es Carlos Pouso, consciente de que fue uno de los factores que condujo a la derrota de los suyos ante el Castellón, hace dos semanas. El técnico, sin embargo, no quiere excusas de ningún tipo. «Es normal que haya ansiedad, pero habrá más si no empezamos a sumar, porque cada vez se irán reduciendo más las opciones», aseguró. En el mismo tono, Pouso cree que en este momento ni siquiera cabe hablar de «buenas sensaciones. Lo que importa son los puntos».
El técnico, que sólo cuenta con la baja de Álvaro Martínez, adelantó que realizará algún retoque en el once, aunque su anunciada intención de realizar muchas rotaciones en una semana en la que el Eibar disputa tres encuentros, complica aún más que de costumbre adivinar cuáles son sus planes exactos.