«Todos soñamos con revivir las alegrías de otros tiempos»
Jugador de Athletic
«Todavía queda mucho», insiste Aitor Ocio una y otra vez. Pero reconoce que, como la mayoría, tampoco puede resistirse a soñar con el próximo 13 de mayo. De momento se concentra en el penúltimo peldaño, la eliminatoria ante un Sevilla que conoce bien y con el que, precisamente, consiguió algunos de los éxitos que ahora espera repetir con la camiseta rojiblanca.
A.U.L. |
Definitivamente recuperado, Aitor Ocio no se perderá uno de los partidos marcados en rojo en su calendario. Porque se enfrenta a su ex equipo y, sobre todo, porque se trata del penúltimo peldaño en la escalera a la final de Copa. No es de extrañar que se reconozca «feliz» al poder seguir participando de «un gran momento».
Feliz sí, ¿y sorprendido? Porque hace algo más de dos meses estaban disputando «finales» en San Mamés y ahora están a dos pasos de una muy diferente.
Sinceramente no. Yo, y creo que todos nosotros, tenía mucha confianza. En su momento dije que lo más importante era ver cómo llegaba el equipo al parón navideño porque iba a marcar cómo íbamos a afrontar la segunda vuelta. Todos sentíamos que el equipo estaba trabajando con una idea a la que nos hemos ido acercando, la fortuna que no habíamos tenido en algún momento se ha puesto de nuestro lado y la suma de todos esos factores ha hecho que vivamos una situación muy diferente a la de hace unos meses.
¿Pero qué se adapta más a la realidad de este equipo, el sufrimiento por mantener la categoría o el «subidón» permanente en el que vive ahora? Parece que no hay término medio posible.
Sí, sí, todo en la vida tiene un término medio y por eso hay que afrontar las cosas con la cabeza fría. No hay que ser excesivamente dramático cuando las cosas no salen, ni tampoco todo lo contrario. En fútbol, incluso más que en otras facetas de la vida, todo cambia de manera bastante rápida, tanto a nivel personal como a nivel de equipo. Muchas veces, sin saber por qué, lo que hoy es blanco mañana es negro, y viceversa. Por eso hay que intentar ver siempre las cosas con perspectiva.
Entonces, ¿hasta qué punto hay que confiar en que el equipo siga creciendo? ¿Dónde está el tope?
No creo que haya que poner límites. A nivel individual siempre hay una capacidad de crecimiento. Todos trabajamos con esa idea y la suma de esas mejoras individuales hacen que el equipo siempre tenga camino para seguir recorriendo.
Hay algo que no ha cambiado en todos estos meses, la presión de la afición. Antes porque estaba harta de sufrir, ahora porque está deseando celebrar algo.
Todos somos conscientes de que vestir la camiseta del Athletic es un orgullo, un privilegio y una satisfacción. Pero a la vez sabemos que supone una responsabilidad grande porque estamos en un club que ha conseguido cosas muy importantes. Con el tiempo, las circunstancias han cambiado, pero todos queremos revivir aquellos momentos. Todos soñamos con revivir las alegrías de otros tiempos.
Casi sorprende que diga eso. Aunque parece que el discurso del vestuario ha empezado a cambiar, siempre han intentado frenar un poquito la euforia.
Es que somos conscientes de lo que estamos haciendo, pero también hay que darse cuenta de que, si ésto se para ahora, realmente no habremos logrado nada. Las cosas quedan en el recuerdo y en la historia si realmente llegas y consigues algo concreto. La trayectoria del equipo es muy positiva, es notable, pero tiene que continuar. Y queda mucho camino, en Liga y en Copa, con lo cual no podemos parar, ni pensar que lo hecho hasta ahora ya es suficiente.
¿También puede ser porque esa euforia produce cierto vértigo?
No. Sabemos que es una responsabilidad, que hay una ilusión tremenda en todas las esferas, en la afición, en el club y también en el vestuario. Y somos conscientes de que lo tenemos al alcance de la mano. Pero para eso hay que pasar una eliminatoria muy complicada, aunque nosotros confiamos plenamente en nuestras posibilidades.
Somos un poco críticos con el exceso de euforia, pero realmente es difícil resistirse a soñar. No me diga que no se ha imaginado, no ya jugando la final, sino incluso levantando la Copa en Mestalla.
Yo creo que todos lo hemos hecho. Suelen decir que hay que visualizar las cosas. Y no sé cómo exactamente, pero de alguna manera todos queremos vernos ahí, nos imaginamos compartiendo esa alegría con nuestra afición, que después de años complicados y difíciles está ansiosa por disfrutar. Ahora está disfrutando con el equipo, pero sería la culminación de todo eso. Para empezar, no ya la Copa, el hecho principal es pasar y estar en la final.
Insiste Aitor Ocio en que «queda lo más difícil». Porque el rival es todo un Sevilla, pero también porque «estamos en semifinales y eso supone una tensión añadida. El objetivo casi se toca, pero tenemos por delante dos partidos con un equipo que también tiene muchas ganas».
Probablemente porque el nivel de exigencia ha subido mucho por allí, esta temporada ha habido momentos delicados en el Sevilla. Pero seguimos hablando de uno de los mejores equipos de la Liga.
Desde luego. Es lo que suele ocurrir, que todos nos acostumbramos a lo bueno y cuesta vivir en otra situación. Pero es un gran equipo y la Copa es uno de sus objetivos principales.
Manolo Jiménez ha lamentado el poco ambiente que ve para el partido. ¿Mejor para el Athletic o es una táctica?
En Sevilla siempre se vive el fútbol con mucha pasión y estoy seguro de que tendrán el apoyo de toda su gente, el calor de la afición. Igual que para nosotros, para ellos también es fundamental el calor de su gente. Y seguro que estarán allí porque también quieren volver a disfrutar con una final.
¿Dónde está la clave de la eliminatoria?
No creo que haya ninguna. Creo que hay dos equipos con muchísimas ganas, en una eliminatoria a doble partido. Para nosotros es importante volver con la eliminatoria abierta. Pero son 180 minutos como mínimo, así que pueden influir muchos aspectos.
¿Qué resultado firmamos en el Pizjuán?
Ganar. Vamos con esa idea, no podemos renunciar a nada. Luego ya veremos cómo se desarrolla el partido, pero nosotros vamos con la intención de ganarlo.