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Severa sanción al sector del transporte

El expediente sancionador abierto por el Tribunal Vasco de Defensa de la Competencia contra el sindicato de transportistas autónomos Hiru, que podría desembocar en la desaparición del propio sindicato si la cuantía de la multa responde a los baremos que establece la ley (entre 500.000 y diez millones de euros), plantea serios interrogantes que ubican el caso fuera del ámbito de una investigación más o menos rutinaria sobre prácticas ilegales en relación con la vulneración de la libre competencia.

El origen del proceso se sitúa en una «recomendación» realizada en 2008 por Hiru a los transportistas para que incrementaran un 5% las tarifas. Una «recomendación» en absoluto gratuita, sino fruto de un análisis profundo de la situación por la que atraviesa el sector y como camino ineludible para frenar la precarización. Una «recomendación» que, se mire como se mire, entra dentro no ya de los derechos, sino de las obligaciones de un sindicato que realmente dice defender los intereses de sus afiliados. Una «recomendación» hecha de forma pública, en rueda de prensa, no a escondidas como acostumbran a hacer quienes realmente tienen intención de vulnerar la ley en su propio beneficio.

Y la respuesta a esa «recomendación» es un proceso sancionador que, dada la desproporcionada cuantía de la multa que se propone, no sólo persigue delimitar las funciones de un sindicato en concreto, en este caso Hiru, sino marcar con rotunda claridad los márgenes del el terreno de juego a todo el sector. Y ese terreno que define el Gobierno de Gasteiz pretende un transporte competitivo cogiendo el atajo de la precariedad y achicando los espacios al autónomo. Un escenario que no sólo afecta profunda y negativamente a los trabajadores de la carretera, a su futuro profesional y a su dignidad personal, sino que también perjudica, y mucho, a una sociedad que pronto verá cómo las carreteras se llenan de unos conductores cuyas deplorables condiciones de trabajo, con horarios excesivos y salarios insuficientes, pueden llegar a convertirlos en bombas sobre ruedas.

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