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CRíTICA JAZZ

Sentimiento y facultades

 

Javier ASPIAZU

Lluviosa noche de lunes redimida por el delicioso concierto que nos ofreció el formidable cuarteto liderado al alimón por el armonicista madrileño Antonio Serrano y el contrabajista iruindarra Javier Colina. En el formato íntimo de los «cuartitos» del Arriaga, ante sólo 200 personas, su demostración de inspiración y talento, por no hablar del apabullante virtuosismo exhibido, caló más hondo si cabe. Pero no sólo brillaron ellos, sino también el sustituto del programado Mariano Díaz, el cubano Iván “Melón” Lewis, pianista de sólida técnica, especialmente dotado para el acompañamiento latino, y el uruguayo Guillermo McGill, baterista de gesticulación mínima y eficacia máxima, espléndido impulsor del ritmo de un grupo que cambió, precisamente de ritmos, con sorprendente facilidad. Y es que el repertorio, en su mayoría latino (bossa nova, joropo, el célebre “zyriab” de Paco de Lucía) incluyó también clásicos de New Orleans (un espídico “Sweet Georgia Brown” que deslumbró al inicio del concierto), alicatados standards, como el sublime “You don´t know what love is”, en el que el armonicista, pletórico de facultades y sentimiento, dejó el mejor solo de la noche, y hasta un estudio de Chopin, en un acertado y emocionante arreglo que sirvió para cerrar de forma soberbia el concierto. Serrano supo extraer de su instrumento, el más pequeño de los polifónicos, registros sorprendentes, de estremecedora belleza, sólo al alcance de quien muy probablemente sea el más dotado y versátil armonicista de la península y uno de los más destacados del continente. El encuentro con Javier Colina, que vive también el mejor momento de su carrera, ha sido una feliz ocurrencia, cuyos espléndidos resultados podrán disfrutar también a partir del miércoles de la semana que viene los espectadores de  Basauri, Zornotza y Leioa dentro del circuito de Blues y Jazz de Bizkaia. No se lo pierdan.

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