Belén Martínez analista social

¡Ay virgencita!

Xabier Silveira comparece en el Juzgado de Donostia acusado de  delito contra «los sen- timientos religiosos», por una columna de opinión publicada en GARA con el título “Me cago en la virgen”. Releo su artículo. No aprecio ninguna ofensa religiosa. ¿No será que quienes lo han sentado en el banquillo se identifican con las señas de identidad del nacionalcatolicismo?

Creo que la Fiscalía no ha leído el texto de referencia. Usar metafóricamente un almanaque gregoriano para limpiarse el culo, después de defecar, no tiene nada que ver con el hecho de que en Guantánamo se usara el Corán como papel higiénico. Tal vez Xabier prefiere celebrar las Tesmoforias. Seguramente la Fiscalía no sabe de qué va eso del uso performativo del lenguaje, perdiéndose entre metáforas, alegorías y sinécdoques. Como del Burgo & company.

Hay un dístico asturiano que dice: «La virgen de Covadonga es pequeñina y galana». Obsérvese que la palabra «Virgen» va con mayúsculas, por ser la patrona de Asturias. En una ocasión, Camilo José Cela espetó: «Que la Virgen de Covadonga es pequeñina y galana. Pues que se joda». Se armó la de dios es cristo. Un ultraje colectivo. Para muchos, se había mancillado el honor de la dulce patria. Que yo sepa, Cela nunca fue procesado, juzgado ni condenado.

En este juicio se trivializa el derecho a la libertad de opinión y de expresión, dotándolo de una carga valorativa negativa. Entretanto, Jaime del Burgo puede calificar con total impunidad de «filoterrorista» a Silveira. Y no pasa nada.

Que la virgen de los sicarios y la virgen de los desamparados te acompañen, Xabier. Y que se haga justicia aquí en la tierra.