Osalan confirmó ayer que el fallecimiento del trabajador de Fundiciones Palacio SL, que responde a las iniciales de J. D. B., de 60 años, se produjo entre las 7.00 y las 7.20 cuando el trabajador iba a iniciar su jornada. Según el informe preliminar, un compañero de la víctima se percató de que «había perdido el conocimiento dentro del baño». Trataron de reanimarle, pero el trabajador falleció.

Según el informe, el trabajador tenía una antigüedad de 103 meses y su ocupación era de moldeador machero, que consiste en «vigilar la colada desde que el cubilote la deja en la cuchara hasta el molde. Agregar los aditivos (metales) y hacer tareas de limpieza del horno. Ese trabajo se realiza entre un equipo de 8 a 10 personas, con un encargado».

Con éste son ya ocho, al menos, los trabajadores que han fallecido en lo que llevamos de año. La realidad está demostrando que la siniestralidad laboral se mantiene en niveles altos en el conjunto de las empresas vascas. De hecho, se encuentra muy por encima de la media europea. Anteayer falleció un trabajador en la construcción de viviendas de protección oficial en Gernika. ELA se concentrará hoy frente al Ayuntamiento de gernika a las 11.00 y LAB lo hará al pie de la obra en donde se produjo el fatal desenlace, en el barrio de Santa Lucía, a las 11.30, y a las 19.30 en la plaza Merkurio para denunciar el accidente de trabajo.

Según el informe de Osalan, el accidente que costó la vida a M. D. J. J., de la empresa Construcciones Gil-Soldevilla, subcontrata de Sacyr-Vallehermoso, se debió a un «golpe de viento», por lo que, ante ese peligro inminente, el trabajador no tendría que haber estado allí.