Arco, mercado de arte contemporáneo
Los artistas vascos retan a la crisis en arco
Consciente de que la crisis también se cuela en el arte contemporáneo, Arco ha abierto hoy sus puertas al público general con un edición reducida en la que resaltan sobriedad y prudencia, además de una considerable presencia de artistas vascos. Seis galerías de Euskal Herria han viajado a Madrid sin grandes expectativas pero apostando por esa calidad que no acostumbra a ser rentable.
Itziar AMESTOY
Cualquier conversación que se dé estos días sobre Arco se parece al juego tabú en el que la palabra prohibida es crisis. Sin embargo, la idea de que la feria internacional de arte contemporáneo vive unas de las ediciones más difíciles de su historia es patente entre artistas, responsables de galerías y aficionados al arte. Arco ha abierto hoy sus puertas al público en general después de dedicarse dos días en exclusiva a los profesionales del sector. Una primera radiografía deja constancia de que se viven tiempos difíciles: de las 257 galerías que hubo el año pasado se ha pasado a contar con 238 participantes provenientes de 32 paises. Incluso, algunos compradores habituales se han apresurado a anunciar que gastarán menos. Éste es el caso del Ayuntamiento de Iruñea, que anunció que reducirá a la mitad su presupuesto destinado a la compra en la feria.
Entre los participantes, sin embargo, no faltan los consuelos y hasta las esperanzas. Las estrategias van desde la apuesta por artistas consagrados hasta quien ve que éste es el momento de lanzar las propuestas más arriesgadas. Las ventas, por tanto, no son el objetivo principal de las seis galerías de Euskal Herria, que tienen una larga trayectoria en Arco y que este año no han cuestionado su presencia. Altxerri, Carreras Múgica, Moisés Pérez de Albéniz, Trayecto, Vanguardia y Windsor Kulturgintza son los seis espacios que retan a la crisis. La presencia vasca, sin embargo, va mucho más allá ya que muchas galerías de otros lugares exponen obras de artistas vascos, entre los que destaca la presencia de Esther Ferrer, que obtuvo hace unos meses el premio de Artes Plásticas. La donostiarra Lourdes Fernández, asimismo, dirige por tercera vez este evento con un «razonable positivismo».
Regreso de Altxerri
La galería de la capital guipuzcoana Altxerri regresa a después de que el año pasado no estuviera seleccionada, a pesar que tiene a sus espaldas dieciséis ediciones. Carmen Calvo, Esther Ferrer, Alejandro Garmendia, Carlos Irijalba, Christof Klute, Eva Lootz, Pamen Pereira y Georges Rousse son los ocho nombres que exhibe la galería. Tal y como explica su codirector Ignacio García, su interés no se centra en vender sino en «proyectar a los artistas» con los que trabajan habitualmente. A pesar de que reconoce que acudir no es rentable, esta galería se muestra satisfecha ya que antes de comenzar la feria había cerrado la venta de la obra del donostiarra Alejandro Garmendia.
Los vizcaínos Carreras Mugica apuntan a que el hecho de que las ventas estén paradas alienta «a hacer las cosas bien, incluso a traer piezas más especiales y más difíciles de vender», en palabras de su director, Ignacio Mugica. Su propuesta es, ante todo, equilibrada, jugando con todas las bazas. Por un lado, nuevos valores como Xabier Salaberria, artista que ha ganado recientemente el premio Gure Artea, Asier Mendizabal o Itziar Okariz. Además, Koenraad Dedobbeleer, Pello Iraza, Rita McBride, Juan Perez Agirregoikoa y Jessica Stockholder imprimen algo más de experiencia. Y como apuestas seguras exponen a Eduardo Chillida y Richard Serra.
«No es momento de ventas»
El responsable de Carreras Múgica transmite un claro optimismo: «No es momento de ventas, es momento de decir: voy a enseñar a ese artista increíble». Además, valora como positiva la reducción de participantes ya que permite ver mejor las piezas. Asimismo, señala que la organización ha actuado bien al bajar el número de expositores «si veían que las propuestas no alcanzaban el nivel».
Desde Iruñea, Moisés Pérez de Albéniz también ha hecho una propuesta equilibrada. Ironiza, además, con que galerías pequeñas como la suya no notan la excepcionalidad del momento económico al vivir en una crisis constante. Como peculiaridad, repite la innovación del año pasado, que consistía en organizar una «miniexposición» dentro de la feria. En este caso es la obra del artista de Andoain Pello Irazu la que gozará de su propio espacio. Txomin Badiola, que el año pasado protagonizó la miniexposición, tendrá que compartir el stand con Dennis Adamas, Ana Laura Alaez, Ibon Aranberri, Javier Balda, Miren Doiz, Iñaki Garmendia, Muntadas, Fernando Pagola y Txuspo Poyo.
Presencia de Esther Ferrer
Parte del proyecto «Trescientos mil kilómetros por segundo (aprox.)» es lo que han llevado a Arco los gasteiztarras Trayecto, ofreciendo a los visitantes una muestra multidisciplinar en manos de Pep Agut, Mira Bernabeu, Aitor Lajarín, Ángel Marcos, Juan Luis Moraza, Néstor Sanmiguel Diese y Fernando Sinaga.
Asimismo, también tienen la suerte de exponer trabajos de Esther Ferrer, una de las protagonistas de esta edición. La artista ha dejado estos días París, lugar donde reside, para mezclarse con otros creadores. Desde que la artista recibiera el máximo premio estatal de Artes Plásticas fue consciente de que su nombre «le sonará a mucha gente», hecho que favorece la afluencia a eventos como Arco, en los que exponen su trabajo. Pero, a la vez, reconoce que ese tipo de reconocimientos le agobian por la responsabilidad que derivan. Así, pasa estos días sin tiempo para devolver todos los saludos de viejos conocidos
Nada de experimentos
Los bilbainos Vanguardia marcaron el año pasado un punto de inflexión al dejar a un lado el programa general y presentar a un único artista, en aquel caso Iván Marino, dentro de las secciones paralelas. El temor a la respuesta de los compradores ha hecho que regresen a su habitual propuesta de varios artistas: Chema Alvargonzález, Txaro Arrázola, Patxi Cobo, Iván Marino, Carlos Pazos, Txuspo Poyo, Mabi Revuleta y Alonso Zubiaga.
La presencia de galerías vascas se completa con Windsor Kulturgintza, de Bilbo. Su responsable, Roberto Sáenz de Gorbea, reivindica que las galerías no deberían dejarse influir «por las expectativas económicas». Ellos han optado por una exposición bicéfala. Por un lado, una gran obra de Jorge Oteiza con trabajos de diferentes disciplinas y, por el otro, una exposición colectiva con nueve artistas cercanos como son J.R. Amondarain, Iñaki De La Fuente, Alejandro Garmendia, Alberto Peral, Paco Polan, Sonia Rueda, Dora Salazar, Darío Urzay y Fernando Villena.
Secciones paralelas
Pero Arco no se limita al programa general. Con el fin de incluir nuevas tendencias y creadores vanguardistas, la feria ha seleccionado trabajos para las secciones paralelas. Así, Solo Pojects mostrará proyectos de un único artista, Performing Arco ofrece un lugar a las galerías que presentan artistas visuales con obras en vivo y Expanded Box aportará la visión sobre nuevos formatos. En este último categoría se ha añadido un apartado de videoarte. Moisés Pérez de Albéniz es la única galería de Euskal Herria que ha sido seleccionada para esta categoría y en este caso estará con un vídeo de Iñaki Garmendia, «Kolpez Kolpe», en el que se mezclan las canciones de Kortatu con una banda de rock chino.
La dirección de Arco ha hecho una apuesta especial por todos estos programas artísticos que se articulan en torno al general. Es uno de los sellos que la donostiarra Lourdes Fernández imprime en la feria. Se estrenó hace dos años con una edición en la que no introdujo grandes cambios, pero que le sirvió para ganar confianza y aventurarse a una segunda apuesta más personal que se saldó con un balance positivo. Este año la donostiarra ha tenido que esforzarse en ahuyentar los fantasmas de la crisis. Aun así, incluso antes de ver la afluencia de público aceptaba que este año les iba a tocar «trabajar el doble para conseguir la mitad».
Pero como suele ocurrir, en las flaquezas de esta edición, hay quien ve posibilidades. Que de 257 galerías se pasa a 238: hay más espacio y es síntoma de que se mantiene la apuesta por el nivel. Que la crisis afecta de forma especial a aquel comprador inflado con millones por el boom inmobiliario: los que acuden este año son coleccionistas con menos capacidad adquisitiva, pero más conocimiento. Que saben que no van a vender: se lleva lo más arriesgado. Entre consuelos y estrategias, el daño de la crisis a la feria de arte contemporáneo se podrá valorar cuando Arco cierre sus puertas el lunes.
Fecha: Hasta el lunes, 16 de febrero.
Lugar: Pabellones 6, 8 y 10 de la Feria de Madrid.
Precio: 32 euros, y 21 para estudiantes.
Galerías de Euskal Herria: Altxerri, Carreras Mugica, Vanguardia, Windsor Kulturgintza, Moisés Pérez de Albéniz y Trayecto.
Uno de los atractivos que más llaman la atención es la presencia de India como país invitado. Arco se convierte así en una herramienta para divulgar la producción india contemporánea en los círculos internacionales. A la vez, sin embargo, el país asiático adquiere la responsabilidad de emerger como nueva potencia artística. Trece galerías y unos 50 artistas forman la panorámica de la escena artística de India.