El G-7 promete «el libre comercio» y una «respuesta firme» ante la crisis
El G-7, que reúne a las economías más desarrolladas, concluyó ayer en Roma con una declaración en la que promete potenciar el libre comercio y rechaza el proteccionismo que algunos países han iniciado ante la crisis. Pide reforzar el Fondo Monetario Internacional (FMI) con recursos adicionales, para responder con «eficacia y flexibilidad a la crisis actual». Los analistas, de todas maneras, consideran que el G-7 se ha movido «con la misma retórica que en octubre».GARA |
Las potencias que forman el Grupo de los Siete (G-7) -Alemania, Estado francés, Italia, Japón, Gran Bretaña, Estados Unidos y Canada- prometieron hacer de la lucha contra la recesión económica su máxima prioridad y, al mismo tiempo, tratar de limitar las consecuencias de sus medidas ante la preocupación por un creciente proteccionismo, por lo que prometieron avanzar en el libre comercio.
La declaración final del encuentro en Roma de los ministros de Finanzas del G-7 y dirigentes de bancos centrales, además de Rusia, señala que estabilizar la economía mundial y los mercados financieros era la «mayor prioridad». También suavizaron su tono respecto al yuan chino, y dijeron que esperan que continúe apreciándose, pero no abordaron la situación de otras monedas, pese a las especulaciones en los mercados de que podrían expresar su preocupación por el yen y la libra esterlina.
Retórica
Los ministros dijeron que vigilarán de cerca los mercados de divisas y tomarán las medidas adecuadas, en una retórica muy similar a la de su última reunión en octubre. Pero el tono con respecto a China fue ligeramente más suave, en un esfuerzo por reparar el daño de una disputa con Washington sobre los comentarios de que Pekín estaba manipulando su tipo de cambio para obtener beneficios económicos.
«Damos la bienvenida a las medidas fiscales de China y al compromiso constante de moverse a un tipo de cambio más flexible, que debería llevar a la apreciación continuada del yuan en términos efectivos», indica la declaración de Roma.
«El G-7 sigue comprometido con evitar medidas proteccionistas que sólo exacerbarían la desaceleración, absteniéndose de levantar nuevas barreras y trabajando hacia una rápida y ambiciosa conclusión de la Ronda de Doha», agrega la declaración final, en referencia a las negociaciones globales de libre comercio. A la espera de la reunión del G-7, Alemania y Gran Bretaña dijeron que se corre el riesgo de que el mundo vea una repetición de la dañina espiral de proteccionismo que presenció durante la Gran Depresión. «La lucha contra el proteccionismo nunca ha sido más necesaria que hoy», dijo el ministro de finanzas británico, Alistair Darling, a la agencia Reuters en una entrevista. «Tendremos que hacer todo para asegurarnos de que la historia no se repita», dijo anteriormente el ministro de finanzas, Peer Steinbrueck, al Parlamento alemán.
Esas declaraciones destacan la creciente intranquilidad sobre lo que parece ser una contradicción entre los compromisos con el principio del libre comercio y las medidas que se ven en las diferentes prácticas. Como ejemplos están el plan de ayuda que lanzaron el Estado francés e Italia, o la cláusula «Compre Americano» del paquete de estímulo de 787.000 millones de dólares solicitado por Washington. El británico Darling dijo que había discutido el tema con el nuevo secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner. «Creo que Estados Unidos es consciente de sus obligaciones con el mundo», dijo Darling.
La reunión de este fin de semana abre el próximo encuentro del G-20, que añade a las economías de los mercados emergentes, pero los nuevos datos europeos del viernes sirven como un recordatorio de la escalada de la crisis económica. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dijo que «lo peor está aún por venir»
Alerta del BCE
Previamente a la reunión en Roma, el Banco Central Europeo (BCE) rechazó la adopción de medidas económicas proteccionistas y abogó por una vigilancia adicional para «oponer resistencia a estas presiones proteccionistas en todo el mundo». En su boletín de febrero explica que detecta estas presiones en las declaraciones de políticos importantes, así como en los resultados de encuestas, sin citar casos concretos.
Recientemente, el presidente de turno de la Unión Europea (UE), el checo Mirek Topolánek, dijo que el mayor enemigo del euro es «el proteccionismo y el individualismo» con que algunos estados de la zona euro están respondiendo a la crisis económica y financiera, en alusión al Estado francés.
El primer ministro checo denunció al presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien ha lanzado un plan de 6.500 millones de euros (8.385 millones de dólares) de ayuda al sector automovilístico con la condición de que no haya despidos.La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, quien en Davos se opuso con vehemencia al proteccionismo, considera que ese plan no es proteccionista y que el Gobierno galo «debe mantener la industria francesa».
No obstante, el BCE considera que todavía no hay datos que muestren que aumentan las medidas proteccionistas. Imponer tarifas arancelarias a las importaciones de bienes de un país tercero no puede reducir el aumento de los desequilibrios externos en la medida en que los conductores fundamentales de este desequilibrio todavía se producen, según el BCE.
El Banco Central Europeo (BCE) «continúa observando un debilitamiento persistente en la actividad económica de la zona del euro en los próximos trimestres».
En su boletín de febrero, el instituto monetario europeo considera que esa situación obedece a que «las tensiones de los mercados financieros han tenido un impacto mayor en la economía global e interior».
Asegura que las perspectivas par la economía están marcadas «por un grado de incertidumbre excepcionalmente alto».
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, subrayó que este año será «muy difícil», aunque aseguró que «hay razones para creer que la economía mundial y las naciones industrializadas se recuperarán».
En un acto en Alemania, en el que dedicó parte de su discurso a elogiar la moneda única europea, citó entre los síntomas que le hacer creer en una recuperación «el potencial de crecimiento de los mercados emergentes, por ejemplo en Asia».
«La desaceleración actual es transitoria, pues muchos de los países asiáticos tiene un potencial enorme para desarrollar la demanda interna», sostuvo Trichet.
Destacó además que el progreso tecnológico es muy rápido y continuará acelerándose, por lo que se trata de «una fuerza mayor para el futuro crecimiento a largo plazo».
El banco europeo mantuvo la semana pasada los tipos de interés en el 2% y su presidente, Jean-Claude Trichet, dejó entrever que el consejo de gobierno bajará la tasa rectora de nuevo a comienzos de marzo. En la misma línea se han expresado los últimos días otros miembros del máximo órgano ejecutivo de la entidad monetaria europea.
El vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, manifestó en Londres que es posible una reducción de los tipos de interés en marzo en caso de que esté asegurada la estabilidad de precios, algo que la entidad define como una tasa de inflación cercana pero siempre por debajo del 2%.
«Si está asegurado el mantenimiento de la estabilidad de precios a medio plazo y no está en peligro por un cambio en la política monetaria, el tipo de interés puede ajustarse para mitigar el impacto de las tensiones de los mercados financieros en la economía», manifestó el vicepresidente Papademos.
Alemania y Gran Bretaña presionaron para que no se caiga en el proteccionismo igual que tras la Gran Depresión en el primer tercio del siglo pasado, porque supondría la caída de los principios del libre mercado.
Las declaraciones contra China por las diferentes operaciones que ha llevado a cabo con las divisas y el yuan quedaron en comentarios sin mayor trascendencia, a pesar de las fuertes críticas que se produjeron por la posible especulación en los mercados financieros.
El Banco Central Europeo también rechazó, de forma previa a la reunión, las medidas proteccionistas. Sin embargo, en muchos países del ámbito de la UE los gobiernos están ayudando a los empresarios de los sectores más afectados por la crisis.
Tras la declaración de Roma, la atención está puesta en la próxima reunión del G-20 en la que también intervienen los países de economías emergentes, ya que a ellos también les está afectando la crisis.