El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó ayer la suspensión de actividades de Demokrazia Hiru Milioi (D3M) y de la formación Askatasuna, legal desde 1998, hostigando aún más el camino de la izquierda abertzale hacia las elecciones del 1 de marzo. Con esta decisión el tribunal especial veta cualquier actividad de la plataforma independentista a través de un auto en el que el mismo juez enumera acciones que deben ser vetadas, como manifestaciones, concentraciones, caravanas o actividades de carácter propagandístico.

El auto hecho público hacia las 21.00 también impone la clausura de las sedes y locales de ambas formaciones, así como el embargo de las cuentas y depósitos de D3M y Askatasuna y la suspensión de todas sus actividades financieras.

En el documento también hace alusión a las páginas webs. Desde primera hora de la mañana las agencias se habían hecho eco de la posibilidad que ofrecía la página web de Demokrazia Hiru Milioi para poder descargar sus papeletas y es por ello por lo que el magistrado de la Audiencia Nacional exige su suspensión. Baltasar Garzón pide además la anulación de la página web www.askatu.org asegurando que pertenece al partido ahora suspendido, lo que no se corresponde con la realidad. En autos anteriores de este proceso judicial ya se han producido confusiones entre el partido Askatasuna y el organismo del mismo nombre que trabajaba en el ámbito pro-amnistía y antirrepresivo que fue prohibida por los tribunales españoles años atrás.

La posibilidad de la suspensión de actividades estaba latente desde antes de que arrancara la campaña electoral. De hecho, al principio parecía que el juez Garzón activaría esta vía para impedir que las listas abertzales llegaran a las urnas antes de que la ilegalización se ejecutara por la vía del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional. Finalmente, el juez de la Audiencia Nacional española decidió mantenerla en suspenso y dejar que fueran estos tribunales, más elevados, quienes se encargaran de finiquitar el proceso. En cualquier caso, Garzón llevó a cabo todos los trámites necesarios para suspender a D3M y Askatasuna cuando lo decidiera: en primer lugar procedió a las imputaciones de trece representantes de ambas candidaturas; y en segundo lugar, celebró la «vistilla» previa a la suspensión, en la que la Fiscalía reclamó las medidas que el juez aceptó finalmente ayer.

La consumación de la suspensión se produce después de que D3M hubiera iniciado su campaña electoral, destinada a llenar de los denominados «votos de oro» las urnas el 1 de marzo, en demanda de democracia. Había celebrado actos en localidades como Markina, Sestao, Sukarrieta o, ayer, Beasain. Ayer, en algunos medios madrileños se empezó a presentar esta situación como anómala, y el juez no tardó en intervenir.

La cumplen con anterioridad

La Ertzaintza, sin embargo, no esperó a que el juez Garzón decretara la suspensión de actividades contra D3M y comenzó por su cuenta el hostigamiento contra los militantes de la izquierda abertzale en algunos eventos. Desde que el viernes arrancara la campaña electoral, en Sestao han denunciado la «persecución» que sufren por parte de la Policía autonómica, que identifica a todo aquel que pegue carteles en pro de D3M o se dedique a repartir propaganda por la localidad.

Por la tarde de ayer un joven que pasaba la megafonía, con todos los permisos en regla y sin que se solicitara el voto para la plataforma abertzale, fue, según denunciaron testigos, «objeto de golpes» por parte de la Ertzaintza. Al joven lo obligaron a parar en el arcén y al protestar por ello le propinaron un codazo cuando se encontraba en el coche. Tras sacarlo del vehículo y tirarlo al suelo, mediante una zancadilla, fue golpeado por los agentes. Asimismo, los vecinos que se acercaron para socorrerlo también fueron objeto de golpes por parte de la Ertzaintza.

Cabe recordar también la manifestación convocada por electos ilegalizados para el pasado sábado, la cual se saldó con cargas indiscriminadas por parte de los agentes y el arresto de siete ciudadanos vascos, después de que el mismo Garzón prohibiera la marcha la víspera.

La mirada en Europa

El auto dictado ayer por Garzón pretende ganar en salud a los ojos de la Unión Europea y señala a modo de ejemplo la jurisprudencia establecida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en relación a la situación de Turquía.

Garzón insiste en que el Tribunal de Estrasburgo ampara que el derecho de libre asociación no sea ilimitado e indica la posibilidad de vetar partidos si es que mediante sus programas «se ponen en peligro las instituciones del estado o los derechos y libertades ajenos». Así apunta que no se priva a las autoridades de un Estado de poder proteger a estas instituciones y personas.

En este sentido, el propio Garzón señala que «merece la pena dejar desde un principio constancia de que entre las razones que justifican la limitación del derecho de libre asociación no se encuentra el hecho de que el partido político haga campaña a favor de un cambio de las estructuras legales o constitucionales de estado, incluso la secesión o la independencia».

Es más, el auto asegura que la izquierda abertzale «no puede considerarse ilegal, y mucho menos terrorista», y su explicación se basa en que «ello sería incompatible con el Convenio Europeo de Derechos Humanos».

En esta tesitura, indica que son «los medios utilizados para la consecución de los fines políticos los que justifican» la suspensión de actividades impuesta a D3M y a Askatasuna.

Finalmente, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 advierte de la obligación de cumplir todas las medidas bajo apercibimiento de desobediencia a la autoridad judicial. Para ello, además, asegura que comunicará su decisión al Departamento de Interior del Gobierno de Lakua y a la Jefatura Superior de Policía de Iruñea con el fin de que adopten todas las medidas legales para hacer efectiva su resolución.