En las últimas fechas están aflorando, en forma de lento pero inexorable goteo, numerosos casos de sentencias judiciales o decisiones administrativas contra empresas que en el pasado reciente ocultaron la presencia de amianto en los centros de trabajo o no pusieron las medidas pertinentes para la protección de los trabajadores frente a esta mortal fuente de polución. Tal y como publica hoy GARA en sus páginas de Ekonomia, la Seguridad Social ha rectificado para considerar que el cáncer que acabó con la vida del ex trabajador de Michelin en Gasteiz Francisco Javier Martínez Díaz de Zugaza fue de carácter profesional y tuvo su origen en el contacto continuado con el amianto. Inspección de Trabajo y Osalan, presionados por los sindicatos, han determinado que la multinacional no garantiza la salud de sus trabajadores en relación con el amianto. Y, más áun, se ha comprobado que Michelin se deshizo de documentos del historial de producción que certificaban la responsabilidad de la empresa.

Francisco Javier falleció en noviembre del pasado año. Murió envenenado y consciente de quién era el responsable. Lamentablemente, no ha podido ver cómo, finalmente, le han dado la razón.