Michelin «ocultó» el uso de amianto y «no protegió» a la plantilla expuesta
La Seguridad Social rectifica y reconoce que el cáncer que segó la vida del ex trabajador de Michelin, Francisco Javier Martínez Díaz de Zugazua, fue de origen profesional a la vista de los nuevos informes de Osalan y de la Inspección de Trabajo de Araba. Ambos sostienen que la multinacional «no garantiza ni protege» la salud de sus empleados ante el alto riesgo que supone el amianto, un mineral cancerígeno.
Juanjo BASTERRA |
El ex trabajador de Michelin Francisco Javier Martínez Díaz de Zugazua no podrá comprobar que tenía razón en su lucha de que su cáncer de pleura estuvo causado por trabajar en contacto con amianto en la planta de Gasteiz desde 1974. El ex trabajador falleció a causa del mismo a mediados de noviembre del año pasado. La Seguridad Social rectifica y reconoce que el origen del cáncer es profesional.
En estos momentos está ocurriendo una situación similar en Michelin de Lasarte. El ex trabajador José Antonio Lekuona, que se encuentra en estado grave por el cáncer, trabajó 27 años de soldador en esa planta y se está encontrando con el silencio de los trabajadores que no informan a Osalan sobre dónde se utilizó amianto para encontrar una correspondencia entre su enfermedad y su ocupación.
Reabierta la investigación
Para llegar a esta conclusión en Michelin de Gasteiz, tanto la Inspección de Trabajo de Araba como Osalan tuvieron que reabrir antes sus informes que negaban la existencia de amianto en la empresa, después de que el área de Salud Laboral de CCOO y otros sindicatos como LAB, ESK y CGT exigieran ante los directivos de Osalan un estudio concienzudo de la actividad productiva. Michelin cuenta con varias sentencias en contra, tanto en el Estado español como en el francés sobre este tema.
En un principio, Osalan y la Inspección de Trabajo creyeron sin ninguna duda a la dirección, que negó la presencia de amianto en la empresa, lo mismo que manifestaron algunos representantes sindicales. Nueve meses después se ha descubierto que la empresa se ha deshecho de diferentes documentos del historial de la producción para negar tajantemente que trabajara con amianto. Pero la sucesión de hechos y entrevistas con trabajadores han aclarado la existencia de amianto en Gasteiz, a pesar de la presión de la dirección para negar la evidencia.
Las conclusiones finales de la Inspección de Trabajo, una vez que se conoció el informe de Osalan, están rubricadas en enero y la Seguridad Social tramita desde mediados de este mes el cambio de las prestaciones económicas a enfermedad laboral. Según el dictamen final de la Inspección de Trabajo, que toma también conclusiones que adopta Osalan en el segundo informe, «existe una clara relación causal entre el mesotelioma y la exposición ocupacional al amianto» y también advierte de que «existe un exceso de riesgo en exposiciones débiles y acumuladas, así como para exposiciones puntuales intensas».
La Inspección de Trabajo confirma que «ha quedado probada la presencia de amianto en las instalaciones y equipos de trabajo de la factoría de Michelin». Igual que se ha constatado que «tanto los soldadores como los mecánicos de mantenimiento empleaban en su trabajo mantas de amianto. Es un hecho probado en una sentencia anterior del trabajador, Juan Cruz González Arana».
En esa sentencia, la Inspección de Trabajo de Araba, recuerda que se prueba que ciertos elementos contenían amianto y se retiraban sin medidas de protección adecuadas, «El amianto existe en las instalaciones y ha quedado acreditado», subraya. Exige a la dirección una vigilancia específica de la salud de los trabajadores que están y estuvieron expuestos.
En las conclusiones se ratifica que «no se realizaron mediciones de concentraciones ambientales de fibras de amianto en ningún momento» y que «ni se formó ni informó a la plantilla» de los riesgos cancerígenos que entraña el amianto. Su poder maligno se conocía desde mediados del siglo pasado, como constantan los informes.
El Área de Salud Laboral de CCOO remarcó ayer que es necesario que «se comprueben los archivos históricos del uso de amianto, antes de emitir los informes oficiales» para detectar de forma fehaciente la existencia o no de amianto en alguna etapa de la actividad productiva de las empresas. Esta reclamación nace tras la rectificación a la que se han visto obligados a realizar tanto Osalan como la Inspección de Trabajo en el caso de Michelin de Gasteiz, ya que en un primer momento atendieron a las explicaciones de la dirección que, después, se han comprobado que son falsas. CCOO se muestra preocupada, según indicó en una nota informativa, porque «los informes emitidos en 2008 se realizaron sin investigación en vida del trabajador fallecido. Tanto Osalan como la Inspección de Trabajo negaron evidencias de la existencia de amianto, aunque había sentencias anteriores que reflejaban la existencia del mineral cancerígeno».
Jesús Uzkudun, responsable del Área de Salud Laboral de la central sindical se mostró satisfecho con el cambio de rumbo emprendido por la Inspección de Trabajo y Osalan «porque como se acredita, Michelin fue una empresa importadora de amianto en los años 1965 y 1975 para su uso industrial en la fábrica de Gasteiz, lo que ha permitido que finalmente sea incuestionable la relación laboral de la enfermedad y la muerte del trabajador».
Uzkudun explica que «ha llegado la hora de reclamar justicia para las víctimas de amianto, apoyándolas sin titubeos y sacando lecciones preventivas por el elevado riesgo que suponen las múltiples sustancias cancerígenas».
Un ex trabajador de la Michelin de Lasarte, que está en una fase avanzada de cáncer, se encuentra con el silencio de los empleados para que señalen a Osalan dónde se trabajaba con amianto en esa planta.