Hoy es jornada de reflexión y, siguiendo el protocolo electoral, se supone que la campaña queda en suspenso y que no se puede pedir el voto para ninguno de los candidatos. En general, la idea es bonita, no cabe duda. Qué mejor que, después de haber escuchado los argumentos de los distintos partidos, cotejado los programas, analizado los perfiles de cada líder y valorado sus propuestas durante la campaña, tomarse un día para meditar el sentido en el que ejercer ese derecho que en democracia es tan básico. Pero, de nuevo en términos generales, visto el desarrollo de las instituciones políticas, del sistema electoral y de la democracia formal, el día de reflexión no deja de ser nada más que eso, un puro formalismo.

Si esa opinión sirve para las democracias occidentales en general, en el caso del sistema político español y sus ramificaciones autonómicas la valoración es mucho más grave. En este caso particular, la reflexión no puede circunscribirse a un único día. Por mucho que los políticos hayan intentado hacer ver que la campaña responde a la idílica descripción arriba mencionada, ni el debate ni los derechos se corresponden con los mínimos democráticos, ni siquiera en su vertiente formal. Entre otras cosas, porque los mismos que homologan a los franquistas, castigan e ignoran la voz de los independentistas hasta el punto de segregarlos políticamente y encarcelarlos. Ahora, más que nunca, se ha comprobado que no existe pacto entre iguales y que, en el marco actual, los derechos políticos en Euskal Herria son delegados por el Estado español o no son. Superar esa situación requiere compromisos y lucha, no discursos y componendas.

Más allá del día de hoy, en Euskal Herria es tiempo de reflexión. La conformación de un espacio y un sistema político vasco soberanos también necesitan ser repensados a fondo. Asimismo, gran parte de la sociedad vasca sigue considerando la resolución del conflicto prioritaria, tanto política como humanamente. Paradójicamente, ningún partido de los que acude legalmente a las elecciones de mañana ha puesto este elemento sobre la mesa. Es más, lo niegan. Otro elemento para la reflexión.