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Elecciones del 1 de marzo

El PNV afirma que sacarles del poder es «jugar a la bonoloto»

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GARA | BILBO

El tono de alarma que el PNV ha querido extender en este final de campaña alcanzó su punto culminante anoche en el Pabellón La Casilla de Bilbo, donde se reunieron unos 5.000 simpatizantes. Fue Iñigo Urkullu, presidente de partido, quien se encargó de afirmar que «quien quiera seguridad, confianza, experiencia, garantía y compromiso sólo con Euskadi, no tiene duda: ahora más que nunca, Iba- rretxe lehendakari». Por contra, advirtió en tono irónico de que «quien quiera jugar su porvenir a un cupón de bonoloto, está en su derecho».

En este contexto, el mandatario del EBB no dudó en acusar a la izquierda abertzale. Pese a que a este sector se le ha impedido concurrir de modo legal a estas elecciones, Iñigo Urkullu le acusó de actuar «de pinza» en un pacto entre PSOE y PP, aseguró que utiliza el criterio de que «cuanto peor, mejor», e incluso le imputó un afán que el PNV sea quien se quede «fuera de las instituciones».

Urkullu advirtió de que Ibarretxe puede ser el pagano de la estrategia que denominó como «de la papeleta mutante». Según sus cálculos, las nueve actas logradas hace cuatro años por EHAK pasarán ahora a manos del PSE (ocho) y Aralar (una), lo que daría un vuelco total a las perspectivas de gobierno.

Por lo que respecta a Patxi López, contrincante del PNV para llegar a Ajuria Enea, Urkullu le pidió que admita que «hay un pacto de Estado Zapatero-Rajoy, López-Basagoiti, para desalojar a Ibarretxe».

«A escala humana»

Contra lo que hizo Urkullu, Juan José Ibarretxe optó por un tono humilde en el que destacó su afirmación de que «lo he hecho todo por este país» y que desea seguir haciéndolo.

En este punto, el cabeza de lista jeltzale puso énfasis en la necesidad de lograr la paz, asegurando que es un reto pendiente y que lo siente incluso a título personal porque debe dejar ese legado a sus hijas. Sin embargo, no expuso recetas concretas para lograrla, más allá del eslogan «ETA kanpora» que ha utilizado en todos sus mítines.

Ibarretxe defendió la campaña electoral realizada por su partido como una iniciativa «a escala humana». «Nos hemos comprometido con lo que siente la gente, porque no se puede construir una sociedad si no se siente lo que la gente siente. Y nosotros podemos liderar este país porque conocemos lo que la gente siente», consideró.

En su discurso reiteró una vez más que el PNV apuesta por el autogobierno frente a PSOE y PP, de quienes dice que gobernarían «desde Madrid». «Las cosas que nos afectan a nosotros deben ser decididas desde aquí, desde Euskadi, con nuestras instituciones», argumentó.

Ibarretxe tuvo palabras tanto para las generaciones jóvenes como para las más veteranas. A éstas les hizo llegar que «hoy estamos mejor gracias a las decisiones que tomaron antes», en referencia a su antecesor en el cargo, José Antonio Ardanza.

En general, el candidato jeltzale emplazó a la sociedad a tener confianza pese a la crisis económica. «Tenemos empresas competitivas, empresas saneadas e instituciones saneadas, y juntos vamos a sacar el país adelante, con todas las manos», afirmó. «No es tiempo de hacer el camino en solitario», añadió Juan José Ibarretxe ante un pabellón repleto.

Egibar y Mas

Antes de este acto final, el PNV multiplicó su actividad para tratar de movilizar al electorado. Así, el cabeza de lista por Gipuzkoa, Joseba Egibar, se aferró en sus últimos mensajes de campaña a las encuestas que afirman que son muchos más quienes quieren a Ibarretxe como lehendakari que quienes prefieren a López. Subrayó por tanto que «todo el que quiera que Ibarretxe gane y sea lehendakari, tiene que ir a votarle».

El dirigente guipuzcoano puso el acento en que no será fácil evitar que PSOE y PP saquen los 38 escaños necesarios para tener mayoría absoluta en el Parlamento: «Pero está en nuestras manos -matizó-. La clave está en aunar fuerzas en torno a Ibarretxe, porque él es el único candidato capaz de hacer frente a la estrategia de Estado compartida por PP y PSOE, una estrategia que pasa por evitar que este pueblo decida su futuro libre y democráticamente».

Desde Barcelona, el presidente de CiU, Artur Mas, también trató de echar un cable a sus socios jeltzales. Más afirmó que por propia experiencia sabe que «los socialistas se entienden con todo el mundo para intentar sacar a los partidos nacionalistas de la dirección del Gobierno. Es muy probable que si el PSOE y el PP suman mayoría, aunque no ganen, se junten para echar al PNV y quedarse con el Gobierno, no tendrán demasiados escrúpulos». Mas recordó que ha explicado todo ello en las ocasiones en que ha acudido a mitines del PNV: «Con verme ya les bastaba para entenderlo».

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