«La cuestión chechena se ha extendido al resto del Cáucaso Norte»
Mairbek Vachagaiev, historiador checheno, vive refugiado en el Estado francés desde 2000. Secretario de prensa del último presidente legítimo de Chechenia -muerto en un operativo del FSB-, Aslan Masjadov, Vachagaiev no oculta las dificultades e incluso las derivas -hacia el islamismo- de la resistencia chechena pero se muestra convencido de que verá una Chechenia independiente.
¿Chechenia aún está en guerra?
El Ejército ruso continúa con sus acciones militares, bombardeos de poblaciones, tiroteos... No es algo que suceda muy a menudo, no estamos en los años 2000-2003, pero está claro que no hay paz. Hay una resistencia armada, clandestina. Es una lucha que no se limita exclusivamente a las montañas, también afecta a los núcleos urbanos, incluso a ciudades como Grozni y Urus-Martan. Es la única forma de seguir luchando.
¿Quién encabeza esta resistencia?
Dokka Umaarov, conocido como Emir Abu Usman, comandante y héroe de la primera guerra chechena. Anteriormente, ocupó el cargo de presidente de la República de Chechenia, después de la muerte de Abdul-Halim Sadulaiev, sucesor de Aslan Masjadov. Rusia asegura que está al mando de medio millar de soldados, pero hay miles de personas que financian sus actividades, les dan cobijo o los esconden, les proporcionan comida y suministros, se ocupan de la logística... Son muchos más.
¿Qué papel desempeña la diáspora chechena en esta lucha?
La función de los más de 100.000 chechenos emigrados y esparcidos por Europa se limita a dar apoyo político a la resistencia armada. En mi caso y en el de muchos otros que desarrollamos nuestras actividades en el campo de la ciencia, denunciamos lo que está sucediendo. Actualmente, se intenta echar tierra sobre los crímenes. Aún así, tanto los intelectuales, como la resistencia chechena y sus representantes políticos en Europa, trabajamos para que se pueda restablecer la paz en Chechenia.
¿Cuál es la situación de la sociedad civil?
Oficialmente, Chechenia es una zona restringida, en la que se están desarrollando operaciones antiterroristas. Por este motivo, se vulnera cualquier derecho de reunión o asociación. Las únicas actividades civiles se realizan sólo con el consentimiento del Gobierno prorruso de Kadirov, por decreto y bajo amenazas. En los territorios del Cáusaso Norte, como Chechenia, Daguestán, Ingushetia o Kabardino-Balkaria, es absurdo hablar de libertad, no se respetan los derechos democráticos más básicos.
¿Quién está interesado en mantener el actual status quo de Chechenia?
Exclusivamente la Policía, los servicios secretos y las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa. A día de hoy, en territorio checheno hay la desorbitada cifra de 27.000 agentes de Policía, además de 50.000 soldados y otros tantos miles de agentes de los servicios secretos rusos. El pequeño territorio de Chechenia apenas produce el 1% del total del petróleo que se extrae en Rusia, así que no hay ningún motivo económico detrás. Rusia tiene miedo a un efecto dominó, que el ejemplo de Chechenia se extienda al resto de la Federación Rusa.
¿Quién es Razman Kadirov, el actual presidente checheno?
Le conocí cuando llegó, por así decirlo, recién salido de su pueblo y a la sombra de su padre, que fue un hombre profundamente religioso y con una buena educación. Razman es un tipo valiente, pero sin ninguna educación o conocimiento de cómo funciona la estructura estatal. Es un advenedizo, que ha llegado a la política fruto de una serie de casualidades. Gracias a las inmensas cantidades de dinero que Rusia ha destinado a Chechenia, en pocos años ha logrado reconstruir Grozni y levantar el país, lo que en otras circunstancias habría tardado veinte o treinta años. Kadirov no tiene ningún problema financiero, podría llegar a construir diez Chechenias con todo el dinero que recibe.
¿Hay algún tipo de fuerza opositora en el círculo presidencial?
Actualmente no hay nadie que ose declararse en contra del presidente, ya que sería eliminado físicamente de inmediato. Un buen ejemplo son los medios de comunicación: hechos como las muertes, entre muchas otras, de Politkovskaia, en octubre de 2006, o del abogado Markelov y la periodista Baburoba, recientemente en plena calle en Moscú, obligan a la gente a esconderse y olvidarse del problema de Chechenia, lo cual me entristece.
¿La falta de libertades también afecta a las repúblicas vecinas?
Precisamente, hace pocas semanas, Rusia dictó una nueva disposición (que antes sólo afectaba a los ciudadanos de Chechenia), según la cual todo pasajero que parta en avión del territorio del Cáucaso Norte deberá someterse a un doble registro, en el aeropuerto de salida y en el de llegada.
¿Las acciones armadas que se desarrollan en las repúblicas vecinas son fruto de una estrategia o de células que actúan de forma independiente?
Es fruto de una estrategia. En su momento, el propio Masjadov y Basayev advirtieron a Moscú de que si no se buscaba una solución para la cuestión chechena, el problema se extendería al resto del Cáucaso Norte. No las llevan a cabo grupos independientes, sino la Dzhamat (asamblea de la comunidad) del Cáucaso Norte que recibe órdenes de Umarov.
¿Cuál es el papel de la religión en los conflictos del Cáucaso Norte?
Lamentablemente, todas las ilusiones puestas en Europa como garante de la democracia occidental y de las libertades desaparecieron en el momento en que se llegó a un compromiso con Rusia. Por este motivo, la desilusión ha provocado una aproximación a la religión, concretamente al Islam, en busca de una respuesta. Entre los resistentes, el Islam domina actualmente todos los campos de la vida social. Ejemplo de ello es la radicalización del movimiento de liberación checheno y la voluntad de crear un Estado islámico, lo cual no creo que sea para nada positivo para el futuro de Chechenia. La mayoría de exiliados pensamos que el resurgir del país debe partir de unas bases democráticas. No es casual que gran parte de la diáspora chechena haya emigrado a Europa occidental.
R.A.