Existe alguna relación entre los programas que ven los votantes y su voto en las urnas? Me lo preguntaba viendo esa miseria mental que se llama DEC donde esos personajillos de laca y chanchullo sometían amablemente a una especie de cuarto grado sexual con sus infectas preguntas a una guapa sevillana que presumía sin pudor de haberse acostado con un tipo que resulta ser el padre del vástago de la sobrina de Rocía Jurado. La guapa, cobraba, los otros, cobraban más, el interés es nulo, objetivamente, pero hay unas audiencias, y esas audiencias, su composición social, ideológica, ¿tienen un correlato directo con un determinado voto?

Otro caso que siempre me abre las carnes y me agobia con preguntas que ni siquiera recurriendo a la respuesta universal de Jesucristo me alivia, y es ese programa de Cuatro, llamado «Callejeros» que verdaderamente roza, o se hunde, dependiendo la entrega, con el alarmismo más amarillento. ¿Responde a la supuesta inspiración biológica de la cadena y sus audiencias se identifican con esta manera de informar o desinformar? Vamos a retomar nuestras tesis más sólidas: las cadenas no marcan su línea ideológica solamente en los noticiarios, sino que el paquete de toda su programación trasluce bastantes más detalles sobre las verdaderas intenciones que una constante estratificación de lo más bueno de unas siglas frente a lo más malo de otras en los teleberris, por poner un ejemplo.

Por ejemplo, en La Sexta hay dos programas que remarcan una gran contradicción y que además se tocan en la parrilla, el desastre de audiencias de «La sexta Deportes» con el vocinglero Patxi Alonso es patéticamente opción conservadora y aparentemente acrítica, es decir de derechas, mientras «El Intermedio» se coloca siempre hasta más a la izquierda de lo que pretendidamente son sus auspiciadores desde la Moncloa. Por cierto, el cambio en los viernes colocando a Juanra Bonet al frente, en vez de Pablo Carbonell, ha sido un notable acierto, y en cuanto le tome el pulso, el ritmo, cuando domine todas las claves, va a ser una clara opción para las ausencias del Gran Wyoming sino que el programa pierda mordacidad.