Antonio Lekuona, ex trabajador de la planta que la empresa Michelin tiene en Lasarte, falleció el pasado jueves a consecuencia de un cáncer de mesotelioma.

Se repite así la historia, ya que a mediados de noviembre del año pasado fallecía Javier Mastínez Díaz de Zugazua, ex trabajador de Michelin en la planta de Gasteiz, por un cáncer de pleura. La Seguridad Social ratificó y reconoció que la muerte de Martínez Díaz de Zugazua fue originado por el amianto con el que trabajo en su puesto de trabajo en la planta que Michelin tiene en Gasteiz, desde 1974.

Lekuona, que llevaba meses en estado grave en una fase avanzada de cáncer, trabajó 27 años en la planta de Michelin de Lasarte. Antes de morir intentó enc0ntrar una correspondencia entre su enfermedad y su ocupación, donde utilizó amianto, pero se encontró con el silencio de los trabajadores que no informaban a Osalan sobre dónde se utilizó dicha sustancia.

La presión sindical obligó tanto a la Inspección de Trabajo de Araba como a Osalan a reabrir sus informes sobre la actividad productiva de Michelin, cuya dirección negaba la existencia de amianto en sus empresas.

El estudio realizado por Osalan y la Inspección de Trabajo de Araba no obstante, ha descubierto que la empresa ha deshecho diferentes documentos del historial de la producción. Pero la sucesión de hechos y entrevistas con trabajadores han evidenciado la existencia de amianto en la planta de Gasteiz. Así, según el dictamen final de la Inspección de Trabajo, que toma también conclusiones que adopta Osalan, afirma que «existe una clara relación causal entre el mesotelioma y la exposición ocupacional del amianto». Asimismo, la Inspección de Trabajo confirma que «ha quedado probada la presencia de amianto en las instalaciones y equipos de trabajo de la factoría de Michelin», al igual que «tanto los soldadores como los mecánicos de mantenimiento empleaban en su trabajo mantas de amianto».

La Inspección de Trabajo recuerda en la sentencia que ha quedado probado que ciertos elementos contenían amianto y se retiraban sin medidas de protección adecuadas. «El amianto existe en las instalaciones y ha quedado acreditado», subraya. Así, exigió a la dirección una vigilancia específica de salud de los trabajadores que están y estuvieron expuestos.

En las conclusiones ratifican que «no se realizaron mediciones de concentraciones ambientales de fibras de amianto en ningún momento y que ni se formo ni informo a la plantilla de los riesgos cancerígenos que entraña el amianto.