Como a los que tiran de Visa, que sufren en febrero los excesos cometidos en rebajas un mes antes, el Athletic parece estar pagando en estas últimas semanas los excesos de enero. También la expectación que levanta la semifinal copera, que parece anular todo lo demás. Lo cierto es que, entre una cosa y la otra, aquel gran momento que atravesaron los rojiblancos coincidiendo con el cambio de calendario parece ir diluyéndose. Los resultados no acompañan en las últimas semanas -una sola victoria en seis encuentros- y tampoco el juego, que ha perdido muchos enteros respecto a actuaciones no demasiado lejanas del equipo. Ahora hace falta que todo, incluyendo experimentos como el de ayer o el de Almería, haya valido la pena. Que San Mamés viva el miércoles la gran fiesta que tanto desea, y necesita, toda la familia rojiblanca. Lamentablemente, el haber supeditado las últimas semanas a las necesidades coperas no asegura nada. Pero si en mayo hay algo que celebrar todo se dará por bueno.