Agentes de la Unidad Antiterrorista de la Ertzaintza, en coordinación con la Audiencia Nacional, detuvieron ayer por la madrugada al billabonatarra Manex Castro, al que la Policía autonómica acusa de estar relacionado con la colocación de tres bombas en el monte Santa Bárbara de Hernani.

La detención se produjo hacia las tres de la mañana, cuando el joven, de 24 años, se encontraba junto a unos amigos en un bar de la localidad. Tal y como relataron a GARA testigos presenciales del arresto, los agentes de la Ertzaintza entraron por la parte trasera del local con gran virulencia y se dirigieron, sin mediar palabra, hacia el joven empujando a las personas que se hallaban conversando con él. Incluso amigos de Castro fueron encañonados y golpeados por los agentes de la Policía autonómica, que rápidamente abandonaron el establecimiento llevándose al joven esposado y con la cara cubierta.

Una hora más tarde Castro era llevado hasta el domicilio familiar, donde agentes de la Ertzaintza permanecieron hasta las siete y media de la mañana llevando a cabo el registro de la vivienda. Sin embargo, una hora antes de su detención la Policía autonómica ya había irrumpido en un domicilio de Hernani, propiedad familiar, en el que, siempre según la Ertzaintza, localizaron «diverso material y elementos para la confección de artefactos explosivos; entre el que se encuentran dos temporizadores marca ETA, restos de nitrometano y cordón detonante».

Las mismas fuentes indicaron que Castro estaba siendo vigilado desde hacía tiempo y que la detención se adelantó «al comprobar los agentes que realizaba movimientos sospechosos que pudieran estar relacionados con la comisión de un atentado de manera inminente».

Al detenido, según el Departamento de Interior de Lakua, se le vincula con la colocación de tres bombas el pasado día 16 de enero en el repetidor del monte Santa Bárbara de Hernani.

Nada más conocerse la noticia, vecinos de la localidad convocaron una rueda de prensa para denunciar esta operación policial y el modo en el que se había desarrollado. Si bien en un primer momento pretendían realizarla junto a la iglesia de la localidad, tuvieron que trasladarla a la Casa de Cultura, debido al importante despliegue policial que llevó a cabo la Ertzaintza en el lugar.

En la comparecencia, en la que participaron decenas y decenas de vecinos, mostraron su apoyo tanto al detenido como a sus familiares. Criticaron que sus allegados no disponían de ningún tipo de información sobre el paradero del joven, así como de lo que se le atribuye, y que lo único que sabían era vía medios de comunicación.

Asimismo, en nombre de la izquierda abertzale de la localidad leyeron un comunicado en el que denunciaron «la antidemocrática situación» vivida en la localidad. «Manex ha sido detenido por la policía política del PNV y hemos tenido la ocasión de ver otro ejemplo de los estragos que se comenten en este pueblo en nombre de la democracia», afirmaron.

Censuraron duramente «el cinismo y la sinvergüencería» del PNV y su candidato: «Ibarretxe dice que si las elecciones las gana el PSE las decisiones las tomarán en adelante en Madrid. Esta operación la ha ordenado la Audiencia Nacional y la han llevado a cabo sus `zipayos'. Por lo tanto, hoy también las decisiones se toman en Madrid», advirtieron.

La izquierda abertzale animó a los vecinos y vecinas a que muestren su rechazo a esta operación policial y a participar en los actos de protesta que se organicen estos días.

Precisamente, ayer al anochecer habían convocado una asamblea informativa y una marcha de protesta por la calles de Villabona, pero nuevamente la Ertzaintza tomó literalmente la localidad y disolvió la manifestación nada más arrancar. Ademas abortó cualquier intento de reunión de las numerosas personas que pretendían protestar por esta detención y mostrar su preocupación por la situación en la que se encuentra el joven. Más tarde, desconocidos cruzaron varios contenedores en las vías de la localidad en señal de denuncia.

Por otro lado, Alex Akarregi, detenido el miércoles por la Policía francesa en la localidad de Compeyre, en el Departamento de Aveyron de la región de Midi-Pyrenées, pasó ayer ante el juez que decretó una orden de prisión. El vecino deustuarra fue conducido posteriormente hasta la prisión de Fleury-Merogis.