La celebración anual de la Policía Foral estuvo marcada por la distancia absoluta entre la posición de los agentes y la de sus mandos y responsables políticos. Así, mientras el presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, exaltaba al cuerpo en su intervención, la Comisión de Personal emitió una nota en la que censura el «triunfalismo» de estos discursos y criticaba tanto aspectos laborales como el modelo de direc- ción.

La nota habla de «agotamiento político y crisis direccional» por parte de los responsables de la Policía Foral. Recuerda que el máximo jefe, Alfonso Fernández Díaz -que antes fue responsable de la Policía española en Nafarroa-, presentó su dimisión por correo electrónico a la Dirección General de Interior por un affaire que ha sido silenciado por ambas partes. Aunque esa dimisión fue rechazada, los policías forales subrayan que el hecho «deja entrever un escaso interés por seguir al frente de nuestra institución».

La Comisión de Personal recuerda también que Fernández ha asegurado recientemente que se opone a que la Policía Foral asuma en exclusiva las competencias sobre tráfico, hasta ahora repartidas con la Guardia Civil.

Ajeno totalmente a este malestar, el presidente Miguel Sanz elogió la actuación «cada vez mayor y más eficaz» de la Policía Foral. Se mostró especialmente satisfecho por la ampliación de la red de comisarías, que se reforzará ahora con mejoras en las instalaciones de Lizarra y Elizondo. En el acto celebrado en Tafalla, entregó 16 medallas a otros tantos agentes.